Cupido le tocó la puerta. A fines de la temporada, la actriz se dejó conquistar. Y a puros besos y mimos está viviendo un apasionado romance con un acaudalado empresario vitivinícola.
En el primer semestre del año pasado, Belén Francese (34) coqueteó con una posibilidad de romance con Arturito, de La casa de papel. Si bien en un principio pareció que la buena onda entre los actores podía derivar en una historia romántica, algunas palabras desafortunadas del actor terminaron lo que no había llegado a empezar. Y otra vez la “experta” en rimas volvió a codearse con la soltería. Instalada en Carlos Paz, donde es parte del elenco de Albertito súper humor, en el Teatro Holiday, desde comienzos del verano que la rubia sueña con enamorarse.
Acompañada por su mamá, con quien compartió el techo durante enero y se la vio almorzando o cenando en distintos lugares, en febrero la realidad de la rubia fue otra. Se hizo amiga de Klaudio Pujol, productor teatral, y las salidas comenzaron a ser una constante. Y en una de ellas, donde compartió una comida con un grupo de gente, Cupido ofició de mediador y se cruzó nuevamente con el amor. “Soy una idealista del amor y dejo que la vida me sorprenda. Que todo fluya”, se sinceró, tiempo atrás.
Romeo y Julieta. Charla de por medio, Francese y Fabián Lencinas pegaron buena onda. Y con ganas de seguir en contacto, intercambiaron teléfonos. Desde entonces hasta la actualidad, se fueron conociendo más y más. Hasta que entendieron que la química podía superar una amistad y que se veían con ojos de mujer y de hombre. Y Belu apostó a ir más allá, a aceptar que está feliz con su nueva realidad amorosa.
Claro, condimentos a la relación no le faltan. Su enamorado es un apuesto caballero algunos años mayor que ella, que la trata como se merece una dama y que, quienes conocen a ambos, dicen que él se muestra y se siente muy enamorado de la ex vedette. Empresario mendocino, dueño de la reconocida bodega Los Haroldos, está separado hace un tiempo y es padre de dos hijos, algo que le gusta a ella, porque reconoce que se trata de un hombre maduro, vivido.
Transparente. Una puerta de vidrio ofició de punto de encuentro entre Belén y Fabián. La nueva pareja se acercó hasta una conocida panadería de la zona turística para comprar algunas cosas ricas, entre dulces y saladas. Pegotes, súper pegotes, sin ganas de despegarse casi en ningún momento, se besaron con cariño. Lo que todavía es un enigma para los flamantes enamorados es cómo continuará la relación después de que termine la temporada y la treintañera tenga que volver a Capital Federal para continuar con su realidad. ¿Dejará todo para irse a vivir a Mendoza? Por lo pronto, lo importante es que volvió a encontrarse con el amor.