El narco utilizaba a su pareja y a otros familiares, quienes tenían el centro de distribución de estupefacientes en barrio 26 de Marzo.
Un preso detenido por narcotráfico volvió a ser condenado por el mismo delito al haberse determinado que dirigía una banda conformada por familiares desde la unidad penitenciaria federal de General Güemes, donde está alojado. Se trata de Sebastián Federico Mercado, quien encontró en otro recluso alojado allí la pieza clave para continuar con la venta y comercialización de estupefacientes.
De la investigación surgió que para estos fines Mercado utilizó a su pareja, identificada como Raquel Andrina Torres; a su cuñado Walter Benjamín Torres y a su suegra Felisa del Valle Verón. En un juicio abreviado, todos fueron condenados por comercializar cocaína y marihuana en la zona sudeste de la ciudad. El fiscal penal 1 de la Unidad Fiscal contra la Narcocriminalidad (Ufinar), Santiago López Soto, le atribuyó a Mercado el rol de jefe de la organización durante el juicio que se realizó en la Sala V del Tribunal de Juicio. El representante de Ministerio Público acusó a los imputado de comercializar estupefacientes en forma organizada.
El desbaratamiento se concretó a partir de una investigación iniciada por agentes de la Ufinar, quienes bajo la dirección del fiscal penal Santiago López Soto realizaron una minuciosa pesquisa que permitió la detención de los cómplices de Mercado y el secuestro de 34 mil dosis de estupefacientes e importantes pruebas. Según el fiscal López Soto, la organización tenía su radio de operación en una zona conocida como "La Ranchada", ubicada en el barrio 26 de Marzo, donde residían los detenidos.
Las pesquisas realizadas en la zona, permitieron determinar que la familia de apellido Mercado había habilitado bocas de expendio de droga en sus domicilios. A esos lugares concurrían con frecuencia distintos consumidores y revendedores de otros puntos de la ciudad para abastecerse.
El ilegal comercio se veía facilitado por tratarse de una zona de difícil acceso para la policía, debido no solo a la estratégica ubicación de las viviendas, sino también al hecho de que los familiares y amigos de la banda salían a la calle a repeler los procedimientos.
Desde la unidad fiscal se pudo establecer que un integrante de esta familia, Sebastián Mercado, se encontraba alojado en la cárcel federal de General Güemes, donde se las ingenió para seguir con la comercialización de estupefacientes. Para ello su pareja, Raquel Andrina Torres, asumió un rol protagónico. Es que Mercado, según surgió de la investigación e imputación penal en su contra, encontró una pieza clave para su actividad delictiva en otro recluso de esa unidad carcelaria. Este se convirtió en un proveedor de distintas sustancias.
Mientras ambos hacían los "arreglos" dentro de la cárcel, sus respectivas parejas se encargaban del resto. Al investigar los movimientos de las mujeres y de otros familiares, se pudo establecer que la comercialización de drogas había sido retomada por Mercado, esta vez a través de su pareja, quien le rendía informes detallados del negocio en cada una de sus visitas al penal.
Tras reunir varias pruebas, la fiscalía solicitó el allanamiento y detención de los implicados. En los procedimientos que se realizaron el 6 de junio del año pasado en viviendas ubicadas en los barrios 26 de Marzo y Siglo 21 se logró el secuestro de ocho kilos de drogas.
Posteriormente se realizó una medida similar en la cárcel federal de General Güemes, donde a Mercado se le secuestró una libreta con pruebas de la actividad que dirigía desde su celda.
Con las pruebas presentadas por el fiscal López Soto el Tribunal de Juicio condenó a Felisa del Valle Verón a la pena de 3 años de prisión de ejecución condicional y al pago de una multa por la comisión de los delitos de comercialización de estupefacientes en carácter de "partícipe secundaria en concurso real con el delito de tenencia ilegítima de arma de fuego de uso civil". La misma pena le aplicaron a Walter Benjamín Torres, y el pago de una multa por la comisión del delito de comercialización de estupefacientes, también en carácter de partícipe secundario.
En tanto que Andrina Raquel Torres fue sentenciada a la pena de 4 años de prisión efectiva y pago de multa. A Sebastián Federico Mercado, considerado el lider de la banda, fue condenado de 4 años y 6 meses de prisión de cumplimiento efectivo y pago de multa, ambos como "coautores del delito de comercialización de estupefacientes".