Desde la temperatura del aire acondicionado en una oficina, hasta la mayor posibilidad de morir en un accidente de tránsito.
De los estantes muy altos a la mayor probabilidad de morir en un choque: el mundo medido para los hombres pone en peligro a las mujeres
La brecha de datos entre géneros, a la que aludieron Bill y Melinda Gates en su reciente carta anual, se explica con una enorme cantidad de información en "Mujeres invisibles", el nuevo libro de la británica Caroline Criado Perez
Muchas personas están familiarizadas con la expresión brecha salarial de género, que en pocas palabras expresa la discriminación por la cual una mujer gana el 78% del salario de un hombre en promedio. Menos, en cambio, conocen la brecha de datos entre géneros, a la que aludieron Bill y Melinda Gates en su reciente carta anual. El nuevo libro de la británica Caroline Criado Perez detalla ese concepto, que afecta a la mitad de la población del mundo, con mucha información.
As many of you will know I’ve spent THREE YEARS researching this book about the dangers for women of a world built on male data. Here is a sneak preview in @guardian. Join me in FURY https://t.co/2e0yJZARNf
— Caroline Criado Perez (@CCriadoPerez) 23 de febrero de 2019
Invisible Women: Exposing Data Bias in a World Designed for Men (Mujeres invisibles: una denuncia de la parcialidad de los datos en un mundo diseñado para hombres), que saldrá a la venta en el Reino Unido el 7 de marzo, resume tres años de investigación de la escritora. Pone en contexto hechos como que las mujeres no llegan a los estantes superiores en las casas, pasan frío en las oficinas con aire acondicionado y tienen 17% más de probabilidades que un varón de morir en un accidente de auto.
El "hombre de referencia", cuyas medidas se han usado desde el siglo XX para estandarizar las investigaciones científicas, tecnológicas y comerciales, es de sexo masculino, blanco, 70 kilos de peso, 1,70 metros de altura y una edad de entre 25 y 30. Y hasta el daño por exposición a la radiación se ha medido en no menos de 2.000 pruebas según ese modelo, que tiene mayor resistencia que una mujer promedio.
"El impacto puede ser relativamente menor: esforzarse por llegar al estante superior ubicado según la altura de un hombre, por ejemplo. Irritante, por cierto. Pero no de riesgo de vida. No como chocar en un automóvil que no responde a las medidas de una mujer", comparó Criado Perez. "No como morir por una puñalada porque el chaleco protector policial no se ajusta correctamente al cuerpo. Para estas mujeres, las consecuencias de vivir en un mundo construido a partir de datos masculinos puede ser mortal".
Entre un extremo y otro hay una miríada de inconvenientes. El ubicuo teléfono celular, por ejemplo: el tamaño promedio de un smartphone es de 12,7 centímetros (5,5 pulgadas), lo cual permite que "un hombre pueda usar el dispositivo con bastante comodidad con una sola mano, [pero] la mano femenina promedio no es mucho más grande que el aparato mismo".
O la historia del Viagra, por mostrar otro caso. El citrato de sildenafil, que en la década de 1990 se comenzó a investigar como una medicación coronaria, demostró que podía eliminar el dolor causado por la menstruación durante cuatro horas. Pero ese uso no fue considerado prioridad de salud pública y, finalmente, los estudios se orientaron a la dirección que se conoce: la disfunción eréctil.
A continuación se ofrecen otras informaciones del libro Invisible Woman, que Criado Perez anticipó en The Guardian, que revelan la brecha de datos entre géneros.
Seguridad al volante
"Los hombres tienden más a participar en choques, lo cual significa que prevalecen en la cantidad de heridos graves. Pero cuando una mujer participa en un choque, tiene 47% más de probabilidades de resultar herida de gravedad y 71% más de probabilidades de resultar moderadamente herida. […] También tiene un 17% más de probabilidades de morir. Y todo tiene que ver con cómo —y para quién— se diseñó el automóvil".
"Las mujeres tienden a sentarse más hacia adelante cuando manejan. Eso se debe a que somos más bajas en promedio. Nuestras piernas deben estar más cerca para alcanzar los pedales y debemos sentarnos más derechas para ver con claridad sobre el tablero. Sin embargo, esta no es la 'posición estándar' para sentarse, observaron los investigadores. Las mujeres somos conductores 'fuera de posición'. Y nuestra desviación deliberada de las normas implica que tenemos un riesgo mayor de lesiones internas en choques de frente".
"Los maniquíes para la simulación de accidentes se comenzaron a utilizar en los '50s, y durante décadas se basaron en un varón adulto del percentil 50. El maniquí más comúnmente usado tiene 1,77 metros y pesa 76 kilos (significativamente más alto y pesado que una mujer promedio); el maniquí también tiene proporciones masculinas de masa muscular y una columna vertebral masculina".
Seguridad en el trabajo
"Un informe sindical de 2017 halló que el problema con el equipo de protección personal (EPP) era grave en las salas de emergencia, donde sólo el 5% de las mujeres dijo que su EPP nunca obstaculizó su trabajo, y tanto las prendas blindadas como los chalecos antipunzantes y los chalecos y chaquetas de alta visibilidad fueron señalados como inadecuados".
"Las diferencias en torso, caderas y muslos pueden afectar la forma en que las correas se ajustan a los arneses de seguridad. También los protectores contra el polvo, las máscaras anti-gas y las gafas de protección estándar están diseñados para la cara de un hombre, lo que significa que no se ajustan a la mayoría de las mujeres".
"En 1997 una oficial de la policía británica fue apuñalada y murió mientras usaba un cilindro hidráulico para entrar a un apartamento. Se había quitado las prendas antibala porque le resultaba muy difícil usar el ariete si las llevaba puestas. Dos años más tarde una oficial de policía reveló que había tenido que someterse a una cirugía reductora de mamas por los efectos que causaba en su salud el tener que usar vestimenta antibala. Luego de que se informara sobre este caso, otras 700 agentes se quejaron del chaleco protector estándar".
"Cada año en el Reino Unido unas 8.000 personas mueren de cánceres vinculados a su ocupación. Y aunque la mayor parte de la investigación en este área se ha realizado sobre hombres, no queda claro de ningún modo que los hombres sean los más afectados. Durante los últimos 50 años las tasas de cáncer de mama en el mundo industrializado aumentó significativamente, pero la falta de investigación del cuerpo femenino, sus ocupaciones y su ambiente implica que no hay datos sobre qué está detrás de este incremento exactamente. 'Lo sabemos todo sobre la enfermedad pulmonar de los mineros —dijo Rory O'Neill, profesor de políticas ocupacionales y ambientales de la Universidad de Stirling—. No se puede decir lo mismo sobre la exposición, física o química, en el trabajo femenino'".
"En los salones de belleza, donde la fuerza laboral es casi exclusivamente femenina (y en ocasiones inmigrante), las personas trabajadoras se exponen diariamente a una enorme gama de químicos que 'rutinariamente se encuentran en los esmaltes, los quitaesmaltes, los geles, las lacas, los desinfectantes y los adhesivos, que son característicos de su trabajo', según la investigadora canadiense Anne Rochon Ford".
"Muchos de esos químicos han sido vinculados al cáncer, los abortos espontáneos y las enfermedades pulmonares. Algunos pueden alterar las funciones hormonales normales del cuerpo. Si estas mujeres luego van a sus hogares y comienzan un segundo turno de trabajo sin paga limpiando sus casas, se exponen a diferentes químicos que se hallan en todos los productos comunes. Los efectos de estas combinaciones se desconocen ampliamente".
Clima en la oficina
"La fórmula para determinar la temperatura estándar en la oficina se desarrolló en 1960 a partir de la tasa metabólica de descanso del hombre promedio. Pero un reciente estudio holandés halló que la tasa metabólica de las mujeres jóvenes que hacen tareas de oficina es notablemente más baja que los valores estándares para los hombres que hacen la misma actividad. En realidad, la fórmula puede sobreestimar la tasa metabólica femenina en un 35%, lo cual significa que las oficinas de hoy son un promedio de 5 grados demasiado frías para las mujeres".
Ataque cardíaco
"Los síntomas de un ataque al corazón que se difunden entre el público rara vez se dan en las mujeres. Mientras que los varones sienten dolores en el pecho, las mujeres tienden a informar dolores en el estómago, náuseas y disnea. Esto significa que las mujeres tienen un riesgo 60% mayor de recibir un diagnóstico equivocado, lo que da como resultado muertes potencialmente prevenibles".
Software de reconocimiento de voz
"El software de reconocimiento de voz en automóviles existe para reducir las distracciones y agregar seguridad al manejo. Pero puede tener el efecto opuesto si no funciona. Un artículo en el sitio automovilístico Autoblog citó a una mujer que había comprado un Ford Focus del 2012 y había descubierto que el sistema de órdenes verbales sólo escuchaba a su esposo, aunque él iba en el asiento del pasajero. Otra mujer llamó al fabricante para pedirle ayuda porque el sistema telefónico de voz de su Buick no la escuchaba: 'El tipo me dijo, sin vueltas, que nunca me iba a funcionar. Me dijo que lo hiciera configurar por un hombre'".