El ex presidente de Brasil atraviesa uno de los momentos más duros. La Justicia le dio permiso para poder asistir al velorio del pequeño que tenía 7 años.
Tras un acuerdo con los abogados de Luiz Inacio Lula da Silva, que se comprometieron a no hacer públicos los detalles de sus movimientos, la Justicia autorizó al expresidente brasileño a salir de la cárcel en Curitiba donde está preso para acudir, con escolta, al velorio de su nieto Arthur, de siete años, quien falleció hoy en la localidad paulista de Santo André, víctima de una meningitis meningocócica.
A diferencia de otros pedidos similares anteriores, los fiscales del Ministerio Público del estado de Paraná se expresaron a favor del pedido del máximo líder del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), encarcelado desde abril del año pasado, condenado a doce años de reclusión por corrupción y lavado de dinero en una causa vinculada a la Operación Lava Jato. Y al final de la tarde, la jueza Carolina Lebbos, del 12º Tribunal Federal de Curitiba aprobó el viaje de Lula hasta Santo André, en las afueras de San Pablo.
El propio gobernador de Paraná, Ratinho Junior, también aceptó una solicitud de la Policía Federal para permitir el traslado del exmandatario en un avión oficial desde Curitiba hasta el Santo André. Hasta el aeropuerto de la capital paranaense, Lula y sus custodios serían llevados en un helicóptero que ya estaba desde temprano en el edificio de la Superintendencia de la Policía Federal, donde el expresidente está preso.
Antes, las autoridades judiciales, los abogados de Lula y la dirigencia del PT se pusieron de acuerdo en algunas condiciones: no sería divulgado el horario ni trayecto de Lula, y no se organizarían actos de apoyo a él ni en Curitiba ni en Santo André. El entierro del pequeño Arthur -hijo de uno de los cinco hijos de Lula, Sandro Luis- está programado para realizarse en este sábado al mediodía en el cementerio Jardim da Colina, en la vecina São Bernardo do Campo, el mismo donde está enterrada la exprimera dama Marisa Letícia, fallecida en febrero de 2017.
La Ley de Ejecución Penal prevé que incluso los condenados a régimen cerrado puedan ser autorizados a dejar la prisión, bajo escolta, en casos de muerte o enfermedad grave de un conjugue, compañero/a, familiar ascendente o descendente, o hermano/a. Sin embargo, el mes pasado, cuando falleció uno de los hermanos de Lula, Genival, tanto la Policía Federal como el Ministerio Público y la jueza federal no autorizaron su salida para ir al funeral, que sólo fue liberada pocos minutos antes del entierro por el Supremo Tribunal Federal.
Ese antecedente fue muy criticado en la sociedad brasileña, que cuestionó los temores de fuga y la posibilidad de manifestaciones a favor o en contra de Lula que alegaron la Policía Federal y los fiscales de la Lava Jato, acusados de "inhumanos".
Desde que está preso en Curitiba, el expresidente fue visitado regularmente por sus familiares; su fallecido nieto había estado allí en dos oportunidades.
Fuente: La Nación.