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El asesinato de una cliente puso en alerta de ciento de peluqueras

Reino Unido. Una joven de 32 años le dijo una premonitoria frase a su estilista “me va a matar”. Días después fue asesinada a golpes por su expareja.

01/03/2019
La joven víctima y atrás su asesino.

Cuando Kerri McAuley temió por su vida tras ser atacada por su novio abusivo, fue a su peluquera a quien recurrió en confianza. A Kerri la mataron a comienzos de 2017. Ahora, se acaba de lanzar en Reino Unido una nueva campaña para que peluqueras y estilistas aprendan a detectar señales de violencia doméstica.

Fue una cita que la peluquera Annie Reilly todavía recuerda con claridad.

"Se dio la vuelta y me dijo: 'Sé que me va a matar'".

"Fueron palabras que nunca esperaba escuchar de ninguna de mis clientes".

Kerri McAuley, de 32 años y madre de dos niños, había hablado en confidencia sobre aspectos de su relación abusiva, unos días antes de morir.

Se cree que no se atrevió a contarle a su familia por temor a la reacción de su entonces novio.

"Cuando abrí la puerta, simplemente me miró y cayó en mi brazos, llorando", relató Annie al programa Victoria Derbyshire, de la BBC.

"La consolé y la abracé".

Kerri entonces comenzó a explicarles que su novio, Joe Storey, la había atacado y que temía por su vida.

"¿Debí haber llamado a la policía?", se pregunta Annie. "Sí, por supuesto que debí hacerlo, pero no supe que sus palabras eran literales".

"Simplemente las interpreté como una forma de expresarse".

En enero de 2017, Storey golpeó a Kerri tan severamente que le rompió todos los huesos de la cara. Murió de sus heridas.

A él lo sentenciaron a 24 años de cárcel, tras ser declarado culpable de asesinato.

"Me he preguntado tantas veces: '¿Qué hubiera pasado si...?´", dice Annie.

"Supongo que me he sentido culpable de vez en cuando, aunque mis amigos y familia e incluso la mamá de Kerri me aseguran que no había nada que hubiera podido hacer para evitar lo que iba a pasar".

Empoderando a las clientas

Un informe oficial sobre la muerte de Kerri concluyó que, aunque la policía, los supervisores de la orden de alejamiento, la Fiscalía británica y los servicios de bienestar social habían actuado, todos ellos dejaron pasar oportunidades para proteger a la mujer.

El documento también hizo una serie de recomendaciones, incluida una campaña de concienciación dirigida a peluqueras y estilistas como potenciales confidentes de víctimas de abuso doméstico.

Ahora, 250 de ellas participaron en una conferencia organizada por el Consejo del condado de Norfolk (al noreste de Londres), para darles las herramientas y la confianza para saber qué hacer en caso de sospechar que una cliente está en problemas.

"Si estás haciendo la manicura a alguien y ves que tiene las uñas rotas, es cuestión de curiosidad, hacer esas preguntas", les dice una de las instructoras.

Pero también se trata de saber cómo empoderar a las clientas para que llamen a la policía o cuándo las peluqueras y estilistas deberían contactar a las autoridades, señala la coordinadora encargada del área de abusos domésticos del consejo, Christen Williams.

La campaña tiene el completo apoyo de la familia de Kerri.

Su madre, Lesley McAuley, expresa que aunque ella y su hija siempre fueron "muy abiertas" entre sí, los perpetradores de abuso doméstico frecuentemente someten y controlan a sus parejas "para que no hablen con sus familias y no hablen con sus amistades cercanas".

"Eso fue lo que hicieron con mi hija", dice. "Él amenazó a su familia y amigos si ella les hablaba".

Lesley espera que la iniciativa de las autoridades signifique que otras familias no tendrán que pasar por lo que ella está pasando, el mismo dolor ante la pérdida de un ser querido.

"Ese día que asesinó a mi hija, bien hubiera podido llevarme a mí también", manifiesta.

"El resto de la familia está destrozada, toda la familia. No sólo asesinó a mi hija ese día: es como si nos hubiera matado a todos".

Una de las peluqueras que asiste a las cursos de capacitación, Chirs Warr, que ejerce desde hace 30 años, dice que dos de sus clientas fueron asesinadas por sus parejas.

"Somos muy buenas guardando secretos y nunca haríamos algo de no ser que alguien quisiera que lo hiciéramos", dice.

"Pero, cuando hemos escuchado a alguien que está en problemas y nos hemos ganado su confianza, podría llegar el momento en el que te pidan ese poquito de ayuda y allí estaremos y sabremos qué decir".

Leslie dice que la campaña le ha permitido a su hija dejar "dos legados".

"Uno son sus dos hijos y, el otro, es concienciar tanto como podamos sobre la violencia doméstica, de buscar ayuda para esas mujeres, niños y también hombres que están siendo abusados".