Las dos reglas básicas para comprar son: “Cuida tu bolsillo y cuida tu salud”
Ya sean compras semanales o quincenales, el ir al supermercado implica tomar decisiones que se adapten tanto al estilo de vida como al presupuesto, por ello en ocasiones se deja uno llevar y en un segundo, se termina con el carrito lleno de cosas que por ser baratas o prácticas, son la primera opción, pero no precisamente la más sana.
Sin embargo, hay que recordar que ante todo, “lo barato sale caro” por lo que las dos reglas básicas para comprar son: “Cuida tu bolsillo y cuida tu salud”.
A partir de esta premisa, veamos cuáles son los pasos para realizar estas compras sin gastar mucho dinero y conservar un estilo de vida saludable.
1. Planificá qué cocinarás y para cuántas personas: una gran alternativa es cocinar tus alimentos para toda la semana en caso de que no cuentes con mucho tiempo o bien planear un menú semanal para organizar cantidades y evitar comprar de más o que te sobre comida.
2. Revisá lo que tenés en tu alacena y heladera para no comprarlo nuevamente: si ya tenés atún no compres más latas, de esta manera podés invertir ese dinero en alimentos nuevos lo que implica preparaciones diferentes para salir de la rutina.
3. Elaborá una lista que lleve la relación con tu menú semanal: una vez elaborado tu plan semanal (PASO 1) y revisado lo que tenés en tu alacena y heladera (PASO 2) podés proceder a elaborar tu lista de compras. Incluye en ella de primera instancia frutas y verduras, procurá comprar estas de manera semanal para que no se te echen a perder y tené en cuenta las cantidades aproximadas que utilizarás para toda la semana.
Tu lista debe incluir frutas y verduras de diversos colores, lácteos bajos en grasa, productos de origen animal o carnes bajos en grasa (magras), leguminosas y cereales de preferencia integral y no te olvides los condimentos y especias necesarios para la preparación de tus alimentos.
4. Comé bien antes de realizar tus compras: un error muy común en el que todos caen es ir hambrientos al súper con la intención de comprar lo necesario para nuestra siguiente comida. Sin embargo, al ir con hambre, el carrito termina lleno pero un 30% de él no era precisamente lo que llevabas en la lista. Al tener hambre, optas por papas, galletas, barritas y alimentos tipo snack para entretener tu apetito y por lo tanto, comés mal y gastás de más. Es recomendable tomar una colación como fruta, yogurt o bien, realizar una comida completa antes de ir por tus compras.
5. No ir cansado o con prisa: otro error común, si lo que intenta es mejorar la alimentación, es tratar de ir al supermercado con la mentalidad para realizar un cambio en tu alacena. Por ello, es que si vas corriendo o demasiado cansada, optarás por los alimentos más fáciles, las versiones instantáneas y definitivamente pasarás de largo el pasillo de frutas y verduras ya que tu cerebro pide descanso o te indica que no tienes tiempo para ponerte a pensar y elegir adecuadamente, por lo que de nuevo tu carrito termina con alimentos poco saludables.
6. Una vez descansada, sin hambre y con lista en mano ¡vámonos de compras! Comenzá por los productos industrializados, continuá con las frutas y verduras y finalizá con los refrigerados y congelados, evitá colocar las carnes o pescados crudos sobre otros alimentos ya que pueden gotear y contaminar el resto. Comprá lo justo, verificá las fechas de caducidad, revisá los alimentos (por ejemplo, pan libre de moho, latas sin golpes o abolladuras y empaques sellados).
7. Un poco de lectura y revisión: este paso es clave para lograr con éxito que tus compras sean saludables. En todos los productos industrializados, procura dar lectura a las etiquetas de información nutricional, revisa el tamaño de la porción, la cantidad de azúcar y grasas; asimismo revisa la lista de ingredientes, recuerda que en un producto se enlistan de mayor a menor en su contenido general, por lo tanto, si el producto que adquieres tiene como primer lugar de la lista de ingredientes azúcar, definitivamente no es la opción más saludable, lo mejor será descartarlo y buscar una nueva.
“Revisa los precios y las ofertas disponibles de los alimentos que se encuentran en tu lista, de esta manera continuas ahorrando”
8. Elegí las opciones de productos sencillos en su versión original: un claro ejemplo de esto es el cereal de caja, ya que encuentras el cereal con frutos rojos, con chocolate, con miel, entre muchos otros; pero lo mejor es elegir la versión original del producto, de ésta manera garantizás un menor consumo de conservadores, químicos y azúcares o grasas extras.
9. Si vas por una compra pequeña, usá un carro pequeño: de ésta manera evitarás llenar el carrito de cosas innecesarias y sobretodo fuera de tu lista.
10. Sé realista: compra alimentos que en verdad vayas a consumir y tengas la intención de preparar. Por ejemplo, si sos práctica y con poco tiempo para cocinar no compres arroz si no tenés tiempo para prepararlo o peor aún si no sabés cómo, mejor comprá tostadas horneadas o un poco de pan integral para acompañar tus alimentos.
11. Intentá algo nuevo: este paso va de la mano con el anterior, continuando con el ejemplo, si sos realista pero querés aprender a preparar el arroz, buscá un espacio en tu agenda para experimentar en la cocina, podés buscar alguna receta, preguntarle a tu mamá, tía o vecina e incluso revisar algún tutorial por internet que te guíe en la experiencia de cocinar algo nuevo, quedarás muy satisfecha con los logros obtenidos.
12. Hacé una revisión final: una vez finalizadas tus compras, revisá que tu lista se encuentre completa, que no hayas añadido nada fuera de ella y que vaya acorde a tu menú semanal.