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Espectaculos

El paso de los nominados por la alfombra roja de los Premios Oscar 2019

Este año, la célebre entrega cuenta con condimentos especiales y con varias incógnitas que podrían cambiar para siempre la historia del cine.

24/02/2019

Después de mil polémicas, de un mar de dudas alimentado desde el mismo comienzo de la temporada de premios y de la ausencia de un conductor por primera vez en tres décadas, Hollywood no duerme desde hace varios días pensando en el Oscar. Pero ese insomnio también se explica por lo que ocurra a partir de mañana, una vez que los premios hayan sido entregados.

Si se cumple lo que viene anticipando el pronóstico de la mayoría de los expertos y Roma ratifica al final de la ceremonia de hoy su condición de favorita con el premio a la mejor película, la capital mundial de la industria del entretenimiento experimentará un verdadero sacudón de imprevisibles consecuencias. Un eventual triunfo de Netflix obligará al resto de los nombres fuertes a mover de inmediato sus piezas y recalcular estrategias frente a un escenario completamente inédito.

Sea cual fuere el final, alcanza con la sucesión de polémicas, fiascos, dudas, incertidumbres y preguntas sin respuestas que marcaron todo el camino para reconocer que la ceremonia número 91 en la historia del Oscar será distinta a todo lo que hemos visto en los últimos años. Todo lo que pase en el Teatro Dolby, de Hollywood, a partir de las 22 podrá seguirse en vivo, vía streaming, a través de TNT (con traducción simultánea en español), mientras TNT Series la emitirá en idioma original. La antesala desde la alfombra roja comenzará a las 20.30 por ambas emisoras, mientras el canal E! emitirá su clásica producción especial en el mismo lugar, pero en este caso a partir de las 17.

La convocatoria a Queen para abrir la ceremonia deja a la vista la intención de la Academia y de los productores encargados este año del show, Glenn Weiss y Donna Gigliotti. Sueñan desde el vamos con una ceremonia vibrante, intensa, sin pausas ni lugar para el tedio, esa presencia incómoda que pareció dominar en los últimos años los festejos del Oscar. De paso, la prometida introducción con "Rapsodia Bohemia" también funcionará como puerta de acceso a una velada con un claro protagonismo musical. La ausencia confirmada de Kendrick Lamar dejará sin ver (ni escuchar) solo uno de los cinco temas nominados a mejor canción, el de Pantera Negra. Los demás estarán todos, incluidos Lady Gaga , Bradley Cooper , Bette Midler y Jennifer Hudson, a los que se sumará más tarde el venezolano Gustavo Dudamel (toda una señal en estos momentos políticos) al frente de la Filarmónica de Los Ángeles para el momento del In Memoriam.

Ni estos momentos musicales (¿habrá más?) ni la presencia anunciada de un centenar de figuras a modo de presentadores ni la expectativa en torno a los posibles ganadores (este año sobran incógnitas y puede haber más sorpresas de las habituales) podrán distraer a los asistentes de algunas preguntas sobre el futuro que se irán haciendo a la fuerza mientras siguen la fiesta desde las butacas del inmenso Teatro Dolby. Durante la ceremonia se irá develando otra de las grandes incógnitas del Oscar 2019: cómo harán los productores para cumplir con la promesa de que tenga una duración máxima de tres horas. No habrá monólogo de apertura, pero entre los musicales, la presencia de una inmensa cantidad de presentadores, los discursos y la entrega de los 24 premios (todos ellos en vivo luego de que se diera marcha atrás al cuestionado proyecto de llevar cuatro al momento de las tandas) el cumplimiento de esa meta parece a priori muy complicado.

Las preguntas más incómodas giran alrededor de un nombre clave: Roma. La película de Alfonso Cuarón (seguro ganador a mejor director, fotografía y película extranjera) puede hacer historia de verdad en el Oscar si gana. Sería la primera vez que un film no hablado en inglés se lleva el Oscar más importante en las nueve décadas del premio. Pero a la vez sería la primera vez, también, que el triunfo surgiría de Netflix, un espacio de creación y producción de películas que muchos pesos pesados de la industria (Steven Spielberg, por caso) todavía observan como ajeno al cine.

El gigante del streaming invirtió 15 millones de dólares en la producción de Roma y el doble de esa cifra en llevar adelante una fuerte y muy agresiva campaña promocional previa al Oscar. Esta política de altísimo perfil persigue un objetivo básico: hacer realidad el sueño del Oscar convertiría a Netflix, como sugiere Brooks Barnes desde The New York Times, en el protagonista de un verdadero cambio de paradigma. La gran batalla por el futuro de Hollywood.

Si Roma ganara, Netflix empezaría a marcar la cancha y se convertiría en la nueva meca para muchos directores de fuste, veteranos o de las nuevas generaciones. A la vez, forzaría la transformación definitiva del sistema actual de lanzamiento y difusión de estrenos, obligando quizás a las grandes cadenas de exhibición a aceptar una reducción en el actual sistema de ventanas y una aceleración en la llegada de los estrenos al consumo on demand o vía streaming.

Este último escenario también se expondría a una transformación enorme. Netflix quedaría en mejores condiciones de las actuales para enfrentarse a la "guerra" del streaming, con el lanzamiento previsto este año de este tipo de propuestas por parte de Disney y otros estudios, que a la vez vienen presionando (con Warner a la cabeza) para que se reduzca el tiempo de espera entre el estreno en salas y la llegada de esos títulos al consumo hogareño premium.

El posible éxito de Roma descansa también en la creciente internacionalización del Oscar, con más y más miembros de la Academia en condiciones de votar fuera de Estados Unidos. Pero no es seguro para nada. A la vez corre riesgos a partir de otros factores nada desdeñables: el complejo sistema de preferencias para votar a la mejor película, la resistencia al cambio de algunos sectores conservadores y ciertos hábitos inalterables. Con estas armas, Green Book se posiciona como el rival más fuerte de Roma en la competencia por ganar el premio a la mejor película. Mientras tanto se consolidan otros favoritos: Rami Malek (actor protagónico), Glenn Close (actriz protagónica), Mahershala Ali (actor de reparto) y Regina King (actriz de reparto).