Para abordar esta temática, el Área de Prensa del Poder Judicial consultó al responsable del Gabinete de Psicología Forense del Poder Judicial, Dr. Fernando J. Castro.
La delincuencia juvenil es un tema muy complejo y de alta sensibilidad en la sociedad, respecto de la que se puede decir que es multicausal y en la que confluyen una serie de circunstancias que impulsan una persona a infringir la ley.
Para abordar esta temática, el Área de Prensa del Poder Judicial consultó al responsable del Gabinete de Psicología Forense del Poder Judicial, Dr. Fernando J. Castro.
Sobre el particular, el profesional señaló: “Encontramos los factores familiares, los sociales y la combinación de estos dos factores y las diversas formas en que éstos se manifiestan, empujando a individuos cada vez más jóvenes a involucrarse en la delincuencia”.
A continuación, manifestó que “existe una gran tendencia a pensar que lo social influye mucho y esto hace referencia a las condiciones de vida que rodean a la persona y la situación económica. Pero en esencia, se cree que mucho tiene que ver con la combinación de estos tres factores”.
Socialmente, debe prestarse especial atención si el menor se encuentra inscripto en la escuela y si asiste a ella; a sus grupos de amistades, evitando de esta forma que el joven se una a grupos delictivos.
Actualmente, los avances tecnológicos crearon un nuevo factor que influye directamente en las nuevas generaciones. Está comprobado que los niños toman cada vez más conductas del tipo narcisista y se encuentran interesados en su satisfacción, desapegados de los valores tradicionales como el respeto por el otro y la empatía personal.
En la visión del Dr. Castro, esto generó, a su vez, un efecto de desfasaje entre la edad cronológica y la edad cognitiva de los jóvenes, situación que provoca que individuos de 20 años puedan ser extremadamente maduros o presentar la madurez de un adolescente de 14 años.
Este fenómeno, afecta directamente al sentido de responsabilidad subjetiva frente a los actos que se llevan a cabo, volviendo a esta generación cada vez más indiferente a la ley u ordenanzas, tendientes a asegurar una vida social organizada, sostuvo el entrevistado.
Indicadores inequívocos
“Las fugas del hogar, el abandono de la escuela; la inclusión en grupos de conductas social o legalmente reprobadas y la detección de hurtos en la propia casa con relación a objetos de valor de los diferentes miembros del hogar, resultan señales a los que los padres o responsables deben estar atentos”, determinó el psicólogo forense.
Recientes investigaciones realizadas en relación al comportamiento de los seres humanos en distintos países, sobre todo en EE.UU. y Europa, revelaron que agresores sexuales, violentos, responsables de robos a gran escala y otros delitos graves, iniciaron su vida delictiva a temprana edad.
Por esta razón, el profesional finalizó diciendo que la forma de evitar estos casos es que, en el seno familiar, se brinde contención, valores y educación que todo adolescente en proceso de desarrollo requiere, que le permitirá discernir entre lo bueno y lo malo, creado barreras morales que lo aleje de individuos con conductas violentas y delictivas.