La familia del futbolista y del piloto expresaron su deseo, según afirmó el jefe de la búsqueda.
El estadounidense David Mearns, jefe del equipo privado de búsqueda submarina que encontró en el fondo del Canal de la Mancha el avión en el que viajaban el futbolista argentino Emiliano Sala y un piloto, pidió que se refloten los restos aunque sea caro.
"Es caro, pero ¿qué importa el dinero frente al deseo de las dos familias?", aseguró Mearns en una entrevista que publica el rotativo deportivo francés L'Équipe.
El oceanógrafo y científico marino de 61 años, estima que sacar los restos del fondo del mar "puede permitir encontrar indicios de lo que pasó" y que "ahora que ya no hay esperanzas de encontrarlos con vida" puede contribuir a que las familias hagan el duelo.
Financiado por el aporte privado recibido por la familia de Sala para proseguir la búsqueda del futbolista desaparecido el pasado día 21, el equipo de Mearns desplegó un pequeño barco de 19 metros en una zona del Canal de la Mancha, cercana a la isla anglo-normanda de Guernesey.
Los rescatisdtas, ayudados por un radar, encontraron los restos del aparato, que posteriormente fue filmado por robots submarinos enviados desde un barco de mayor tamaño enviado por las autoridades británicas para participar en las labores de búsqueda.
Mearns, nacido en New Jersey, precisó que ambos barcos se repartieron las zonas de búsqueda, indicó que les sorprendió encontrar la avioneta entera y que esperaban encontrar restos diseminados por el fondo marino.
El avión privado en el que viajaba Sala, de 28 años, junto al piloto Dave Ibbotson, de 59, desapareció de los radares el 21 de enero pasado pocos minutos después de haber despegado de Nantes (Francia) con destino a Cardiff (Gales).
Nueve días después de la desaparición del avión aparecieron restos del mismo en una playa francesa, lo que permitió acotar la zona de búsqueda y llevó a las autoridades británicas a enviar un barco al lugar, que colaboró con el privado.
Sala, que nunca jugó en Argentina, realizó toda su carrera en el fútbol de Francia y había sido adquirido por el Cardiff FC, de la Primier League inglesa, en 18 millones de euros con contrato hasta 2022.