La víctima le dijo a su novia que tenía previsto realizar "un mandado re piola". Horas después, su cuerpo apareció calcinado, cubierto por pastizales.
La última vez que lo habían visto con vida eran las 0:40 del viernes en las inmediaciones del Barrio Reysol. Lo hallaron muerto con los primeros rayos de sol de ese mismo día. El cuerpo había sido ubicado boca arriba, presentaba lesiones punzantes en el cuello y estaba parcialmente incinerado. Lo encontraron cubierto por pastizales, con rasgos de intenciones de ocultamiento, al costado de un camino de tierra, sobre la calle Victoria Ocampo, en el Barrio 4 Esquinas del partido bonaerense de Zárate.
Se llamaba Joel José Giménez, tenía 17 años y vivía en el barrio Pecorena. La policía contactó a su novia, quien reconoció que su pareja se dedicaba a cometer robos habituales en la zona. Confesó que el último mensaje de voz que recibió decía: "Gorda, me voy a hacer un mandado re piola, me voy a hacer un re mandado". De acuerdo con las hipótesis de los investigadores, ese último "mandado" fue el robo que derivó en su muerte.
Joel no volvió a comunicarse con su novia. La autopsia develó que había recibido dos disparos: uno en el tobillo y otro, sin orificio de salida, en los genitales, una herida que dañó severamente los órganos del abdomen y que, según las especulaciones de los peritos, provocó finalmente su deceso. A su vez, en el informe de la necropsia se destaca que encontraron rastros de humo en sus pulmones: el adolescente fue calcinado cuando todavía estaba con vida. Las puñaladas en el muslo y en el cuello fueron "post mortem", ratificaron los especialistas.
Los investigadores estudian un sesgo mafioso en las modalidades del crimen y analizan como principal hipótesis del homicidio, un asesinato cometido en el marco de un ajuste de cuentas, en virtud de las actividades delictivas de la víctima, reconocidas por su pareja. Incluso, entre las ropas de la víctima, secuestraron un revólver calibre .32, que podría reforzar las sospechas de los investigadores.
De acuerdo con algunas publicaciones locales, la víctima era conocida como Toto, contaba con un amplio prontuario delictivo, y era hermano de Machuqui, otro joven asesinado hace dos años y con antecedentes penales.
Trabajan en el caso efectivos de la comisaría 1° de Zárate, del Comando de Patrullas y de la Jefatura Departamental Zárate-Campana. Y en la causa interviene la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 7 del Departamento Judicial Zárate-Campana.