Así lo anunció John Bolton, asesor de Seguridad Nacional del presidente Donald Trump. La Casa Blanca está dispuesta a ir más allá de las medidas diplomáticas tradicionales para drenar los recursos del dictador.
Estados Unidos está trabajando en cortar las fuentes de ingreso del régimen venezolano de Nicolás Maduro para que el líder opositor Juan Guaidó, que juró como presidente encargado, sea el que reciba los ingresos petroleros del país, dijo el jueves un alto funcionario en Washington.
El anuncio, del que no hubo mayores detalles, mostró que la Casa Blanca está dispuesta a ir más allá de las medidas diplomáticas tradicionales para drenar los recursos de Maduro, que ya lucha con una recesión de cinco años y una hiperinflación de más de un millón por ciento anual.
De concretarse, la jugada fortalecería a Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional dominada por los opositores, que prestó juramento el miércoles como mandatario encargado en un acto improvisado en las calles de Caracas y recibió enseguida el apoyo de Washington, de vecinos y países europeos.
"Nos estamos enfocando hoy en desconectar el régimen ilegítimo de Maduro de las fuentes de sus ingresos", dijo John Bolton, asesor de Seguridad Nacional del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
"Creemos que es coherente con nuestro reconocimiento de Juan Guaidó como presidente interino constitucional de Venezuela que esos ingresos deberían ir al gobierno legítimo. Es muy complicado", explicó Bolton a periodistas en la Casa Blanca, aclarando que aún estaban estudiando cómo funcionaría.
Estados Unidos es uno de los principales compradores del petróleo venezolano, que genera más del 90 por ciento de los ingresos en divisas de Venezuela.
El Ministerio de Información de Venezuela no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios sobre el tema. Guaidó tampoco respondió un mensaje en busca de reacciones sobre el tema.
Desde un lugar desconocido, el jefe del Congreso venezolano invitó de nuevo a los militares a participar en un proceso de transición hacia unas elecciones libres y afirmó que "está en la mesa" incluso ofrecer una amnistía a ministros y al propio Maduro, si decide dejar el poder.
"Todos sentimos que este es el inicio del fin", apuntó Guaidó en una entrevista a Univisión, asegurando que desde la presidencia interina trabajan para garantizar la entrada a la nación petrolera de ayuda humanitaria, tomar medidas económicas y presionar por una salida electoral con más movilizaciones de calle en los próximos días.
"Nuestro reto es conseguir elecciones libres, queremos que sea en el menor tiempo posible, pero estamos en dictadura", apuntó en la conversación con la periodista Patricia Janiot.
Maduro el miércoles rompió relaciones diplomáticas y políticas con Estados Unidos, y el jueves ordenó el cierre de la embajada de Venezuela en ese país así como de los consulados.
"He decidido cerrar todos los consulados de Venezuela en Estados Unidos (…) hasta el domingo tiene la delegación de Estados Unidos para retirarse del país", agregó en un discurso en el Tribunal Supremo.
Los apoyos a Guaidó crecieron el jueves con el reconocimiento del Reino Unido y España, pero en Caracas la cúpula militar del país petrolero respaldó a Maduro.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, expresó el jueves su apoyo a la Asamblea Nacional venezolana y pidió la celebración de elecciones libres en el país sudamericano, ateniéndose a la postura común de la Unión Europea.
Guaidó escribió en Twitter que en la llamada le expresó a Sánchez "la lucha que emprendimos junto a toda Venezuela" para lograr un gobierno "de transición y tener elecciones libres".
Desde Londres, el canciller Jeremy Hunt dijo que Maduro no es el líder legítimo y que el Reino Unido creía que Guaidó es la persona correcta para conducir a Venezuela.
En una reunión del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Washington, el secretario de Estado, Mike Pompeo, convocó a una reunión regional de cancilleres para hablar de Venezuela y dijo que el tiempo de estar debatiendo ya se ha acabado.
Además, ofreció 20 millones de dólares en ayuda humanitaria para el país sudamericano, que está sumido en una profunda crisis económica y una escasez crónica de alimentos y medicinas que ha empujado a millones a emigrar.
Pero Maduro asegura que la elección fue justa y que la decisión de los partidos de oposición de boicotear refleja su falta de compromiso con la democracia.
El dictador señaló que los gobiernos de México y Uruguay tomaron la iniciativa diplomática para buscar un acuerdo de paz en Venezuela. "Yo apoyo esa iniciativa para el diálogo", agregó.
Esta semana, al menos unas 26 personas murieron en incidentes asociados a las manifestaciones opositoras en distintas partes del país, según un informe de las entidades no gubernamentales Observatorio Venezolano de Conflictividad Social y el Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (Provea).
Y al menos 328 personas fueron detenidas, según el Foro Penal, otro grupo no gubernamental, en su cuenta de Twitter.
Guaidó que se ha convertido de la noche a la mañana en un líder nacional, ha prometido elecciones libres y justas, un gobierno de transición para poner fin a la debacle económica y una amnistía para civiles y militares que apoyen lo que llama una restauración del orden democrático.
Pero será difícil impulsar la transición que Guaidó busca sin un control claro sobre las principales instituciones estatales y las fuerzas armadas, que siguen fieles a Maduro.