Si bien jura y perjura que no pasó nada, admite que lo conoció. Fue en un boliche. El la vio, quedó obnubilado con su belleza y la invitó a su mesa.
Irrumpió en los medios en 2013. Desde entonces, Magalí Mora (26) supo encontrar la manera para perdurar en el tiempo y mantenerse vigente. Con romances escandalosos, su lengua filosa a la hora de declarar, pero sobre todo por su simpatía y calidez, se ganó su lugar como una de las mediáticas más destacadas. Como si le faltara algo al combo, sus interminables curvas, esa belleza única, la catapultan a ser una de las morochas más deseadas del país. Sin embargo, en un abrir y cerrar de ojos, Magalí dejó el país para instalarse en Estados Unidos.
–¿Hace cuánto que decidiste irte a vivir Estados Unidos?
–En realidad, estoy viviendo en Miami y en Argentina. Hace un año, más o menos, cuando decidí irme, que estoy yendo y viniendo. Más allá de que en Miami se vive muy bien, extraño a mi familia, las cosas cotidianas del barrio, y ahí es cuando me subo a un avión de nuevo.
–Ahora estás en Argentina por un problemita de salud…
–Sí, vine a pasar las fiestas con mi familia y de paso a operarme, porque se me rompió una prótesis y tenía que cambiarla para que no pasara a mayores. Acá estoy, recién operada y bastante dolorida.
–¿Allá cómo te mantenés económicamente?
–Tengo mi aplicación en Argentina, La Cocinita de Maga, que todos los meses me deposita el dinero, y además estoy con un proyecto familiar en Miami. Se viene algo muy lindo, que todavía no puedo contar porque es muy reciente.
–¿Tenés tiempo para el amor?
–No. Bah, en realidad sí, pero no quiero. No me interesa compartir mi vida en estos momentos. Estuve mucho tiempo de novia y hoy quiero disfrutar de mi soltería. Así estoy bien. Igual, algún que otro amiguito tengo, no es que estoy sola del todo. Me refiero a que no quiero novio, no a que no quiero hombres.
–Si bien siempre tuviste tus curvas, estás cambiada físicamente.
–Sí, allá empecé a hacer dieta y a comer sano, porque comía como el cu… Empecé a correr, a salir a caminar, a andar el rollers, y eso me estilizó bastante.
–¿Preferís al hombre argentino o al estadounidense?
–A mí me encanta el hombre argentino, la forma de ser… Pero allá conocí cada gringo, que guau… me quedé helada con lo bomba que son.
–Se te vinculó con Luis Miguel…
–¿Vincular? ¡Dios! Lo conocí en Mynt, un boliche de Miami, me invitó a estar en su mesa. Charlamos, tomamos un par de copas, me contó de su gira por México y que si iba a andar por ahí me iba a invitar al recital. Eso fue todo.
–¿Cómo estás viviendo las denuncias de acoso, de violación? Hace unos días te referiste al tema.
–Sí, las mujeres estamos con todo, y la verdad que estoy a favor de que salga todo a la luz. Me toca de cerca, porque lo viví cuando tenía 14 años y estaba esperando el micro para ir al colegio. Un tipo se acercó y empezó a masturbarse mientras me miraba. Esa imagen no se me borró nunca de la cabeza. Lo que yo dije es que en las redes sociales recibo miles de agresiones y, aunque parezca mentira, la mayoría vienen de mujeres. Lo que dije, que me dicen gato, trola, puta… todo porque modelo o me saco fotos en bikini o porque viajo mucho. Lo de mis App viene muy bien, y además mi familia tiene plata y me puede costear los viajes. De hecho, en Miami estoy parando en un departamento que es de mi familia.