El obispo Vicente Bokalic presidió la mañana de este viernes la Santa Misa por los peregrinos en la catedral de Catamarca, donde se celebra a la Virgen del Valle.
Este 8 de diciembre es el Día de la Inmaculada Concepción de María, una de las celebraciones marianas más importantes del calendario litúrgico. Pero todas las miradas están puestas en la ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca, donde conmemora a la Virgen del Valle. Incluso, por esta celebración es feriado en todo el país.
Pero la fiesta ya dio inicio este viernes, previo al 8 de diciembre. Tal es así que el obispo de la Diócesis de Santiago del Estero, Vicente Bokalic, presidió a las siete de hoy, una de las misas más importantes de la festividad: por los peregrinos.
Miles de fieles se congregaron en la basílica del Valle, donde se acercaron a agradecer y a pedir por los favores recibidos. En la sentida homilía, el prelado santiagueño resaltó el sacrificio de los peregrinos “que se llegan de distinos puntos del país, como Tucumán, Santiago, La Rioja, a celebrar a nuestra madre, la Virgen María”.
“Venimos desde Santiago, arrancamos esta mañana muy temprano, porque queríamos venir a rezarle a la Virgen del Valle. Ponernos a sus pies, venir con nuestros logros, con nuestras tristezas,
con rostros cansados, con las historias del Santiago profundo, a pedirle que nos haga testigos y servidores de la paz. Venimos de un lugar donde ama profundamente a la Virgen del Valle, a esa madre que nos atrae, que nos atrapa hace muchos años cada mes de diciembre. Esta fecha, nuestro corazón está orientado hacia Catamarca, queremos estar cerca de nuestra madre, la madre que Jesús nos regaló”, comenzó su mensaje Bokalic.
En otro tramo de su mensaje, el obispo exaltó la figura de María como madre de todos “y como la madre de Jesús que estuvo en los momentos trascendentales de su vida. Venimos a decirle que nos enseñe a vivir el evangelio, a descubrir lo que es esa gracia de Dios. Queremos apostar a un encuentro en medio de tantas desigualdades de este tiempo, queremos llevar paz a esos hogares tan difíciles, queremos llevar esperanza y cercanía a los hogares destrozados, a esos hogares donde la vida está en riesgo. Tomar el ejemplo de la Virgen para ser mensajeros de la palabra, trabajadores de la paz, esa paz social, comunitaria, que necesitamos en estos tiempos”.
“Venimos a pedirle a la Virgen del Valle que María nos regale este corazón nuevo para seguir sirviendo a nuestros hermanos, que nos haga testigos y servidores de la paz de Jesús”, puntualizó.