La investigación de la Universidad de Múnich supone un gran avance hacia el uso clínico del órgano de estos animales en personas con enfermedades cardíacas terminales.
Investigadores de la Universidad de Múnich, en Alemania, explicaron cómo consiguieron que dos babuinos sobrevivieran durante seis meses con un corazón porcino. Este trasplante resulta un hito histórico en la materia, si se tiene en cuenta que triplicó el récord anterior de 57 días de supervivencia.
En una entrevista para la revista Nature, los científicos explicaron que el estudio inició con una muestra de cuatro simios. Los primeros dos ejemplares fallecieron a los tres meses de la intervención, mientras que los dos restantes vivieron con el corazón del cerdo un total de 180 días.
Con estos resultados, la investigación busca verificar las posibilidades reales de trasplantar el órgano vital de estos animales en seres humanos. El trasplante de corazón es la única solución viable para las personas que padecen enfermedades terminales cardíacas. Los científicos señalaron que considerar a los porcinos y lograr un trasplante efectivo, podría ser una salida plausible para paliar la falta de donantes humanos de corazón.
Sin embargo, el proceso quirúrgico no es tan "sencillo" como sustituir un órgano por otro. Para lograr que el corazón del puerco funcionara en los babuinos, el equipo, liderado por Bruno Reichart, realizó una serie de modificaciones genéticas previas a la intervención. Así, alteraron el órgano del animal para que fuera compatible con el sistema inmunológico de los monos, evitando con esto el rechazo del órgano receptor. Además, fue necesario aplicar un tratamiento para reprimir sus defensas.
Los factores que condujeron al éxito del estudio son diversos. Para conservar el corazón, bombearon una composición refrigerada a partir de nutrientes, hormonas y sangre oxigenada, en lugar de aislarlo en frío únicamente. De este modo, evitaron deteriorar el órgano, recreando un sistema que permitió proteger la integridad del mismo hasta el momento de la operación.
A medida que avanzó la investigación, los doctores lograron evitar los problemas que alteraron negativamente los resultados durante la primera fase. Entonces, los monos no superaban el mes de vida con el nuevo corazón, al experimentar este un crecimiento acelerado que terminaba por matar a su huésped.
Durante la segunda y tercera fase del proyecto, y con el fin de impedir el aumento de tamaño del órgano vital, los científicos redujeron la presión sanguínea de los monos, mucho mayor que la de los puercos. Además controlaron el desarrollo cardíaco desmesurado de los babuinos administrándoles tratamientos farmacológicos y hormonales.
El equipo logró así triplicar el tiempo máximo de vida de los simios, un resultado que ya ha sido aplaudido por expertos del panorama internacional, que consideran que la investigación acerca la posibilidad de que las personas que lo necesiten utilicen el corazón de los cerdos modificados con las tecnologías de la edición genómica.
El estudio supone un gran avance desde que en 2005 la Organización Mundial de la Salud advirtiera que las primeras experiencias en xenotrasplantes entre cerdos y otras especies estaban arrojando resultados "entre moderados y buenos".