Las cadenas de favores nos llegan por todas las redes sociales y son la forma en la que los adolescentes y no tanto, pueden cambiar radicalmente una situación.
El préstamo de vestidos de 15 y de egreso para que otras chicas celebren su cumpleaños o vayan a la fiesta de fin de curso, aunque no puedan comprarlo, se viralizó en todo el país a través de las redes sociales, un gesto al que se sumaron muchos varones, que también ofrecen sus trajes.
La solidaridad no termina ahí: hay salones de peluquería y belleza dispuestos a hacer cortes, peinados y maquillaje sin cobrar un peso, a fin de que el dinero no sea un problema para los adolescentes -y sus familias- al momento de prepararse para el día soñado, cuando lucir bien y estrenar ropa es el principal deseo.
Las chicas publican en las redes fotos con sus vestidos de fiesta que ayudan a calcular el talle e imaginar si el color o el modelo es acorde o del gusto de quien lo usará y, para completar el atuendo, algunas agregan los zapatos.
"Lo de los vestidos está re bueno, pero a mí me emociona mucho que los chicos presten sus trajes. Nosotras por ahí tenemos una mamá, una tía o una vecina que sabe coser y te saca del apuro, pero lo de ellos no tiene arreglo: lo tienen que comprar", valoró Andrea, que pronto cumplirá 15 y le dijo a Télam que ya decidió sumarse a la iniciativa.
Cadena de favores
Un caso que conmovió y se hizo viral en febrero del año pasado fue el de Gustavo, de 34 años, quien había perdido a su esposa por un ACV y, como no tenía quien cuide a su pequeño hijo Thiago, renunció al trabajo y se dedicó a cortar pasto, llevándolo con él junto con un cochecito para que descanse.
La publicación de una vecina en las redes generó una cadena de ayuda por la que consiguió trabajo, un jardín para su hijito y la posibilidad de recuperarse: en estos días se aprestaba a inaugurar su propia pizzería en Baliña al 1.800, Banfield Oeste.
Dar es dar
Colectas de ropa y alimentos en invierno o ante inundaciones, incendios y otras contingencias, ayudas para los comedores y hogares barriales o libros para bibliotecas populares, entre otras necesidades, son motivo también de campañas en las redes.
Este fin de semana el Club de Pesca de Río Gallegos, la capital de Santa Cruz, motorizó dos jornadas solidarias en la ría para donar la captura a un comedor barrial que el jueves último no pudo abrir por falta de insumos.
"Yo no puedo quedarme indiferente a cosas así", dijo el presidente del club Pescazaike, Angel Benegas, al diario local La Opinión Austral.
No sólo la gente interesa a la gente: infinidad de personas se ocupan de avisar, foto mediante, si alguien extravió a su mascota o cuando hallan abandonados perros y gatos, para ayudar al dueño o conseguirles una "familia" transitoria o definitiva.
Jóvenes que cambian el mundo
Ahora son los adolescentes los que se movilizaron en todo el país, a partir de una iniciativa que al parecer partió de una chica de Corrientes que ofreció su ropa de gala para la fiesta de fin de estudios.
"Si alguien sabe de alguna egresada que no tenga vestido para su noche, presto el mío" para que otra chica "tenga su noche como todas y pueda disfrutar", ofreció Luján, de Concordia, quien debió hacer una agenda para organizar la demanda, publicó en su portal el Uno de Entre Ríos, al destacar la movida como otros medios en varias provincias.
Pero lucir espléndida el día de la gran fiesta suele requerir un poco más: "Si alguna egresada no puede pagar maquillaje y pestañas me hablan por mp (mensaje privado)! Yo se los regalo", es una de las tantas generosas ofertas publicadas en Facebook.
Y otra chica puso a disposición el vestido de 15 que "con tanto esfuerzo" le compró su papá, sumándose a la movida adolescente plena de empatía que se viralizó de una punta a otra del país.
Prestar un vestido de fiesta a “cualquier chica” que no pueda comprar el suyo para sus quince, egreso o fiestas de fin de año ayuda a quien "la está pasando mal", dijo Bárbara Mendoza, una chaqueña de 21 años que vive hace cuatro también en Río Gallegos y se sumó a la iniciativa que se viralizó en redes.
“Una chica de Resistencia inició la campaña que me pareció una re buena idea, porque hoy estamos mal y cuesta, más acá (en el sur) que todo es más caro, entonces decidí sumarme y así incentivar a que más gente lo haga”, contó a Télam la joven, que también se ofreció a maquillar y peinar a quien use su vestido.
Bárbara, que nació en General Pinedo, detacó que también un chico ofreció su saco para quien no pueda comprar el suyo en su perfil "Leitoo", y motivó a otro de sus contactos, Lucía Daldosso (19), a sumarse a esta cadena solidaria.
“A mí me pasó con una compañera igual, que en su momento no tenía para el vestido y no pudo ir a la cena de egresados. Por eso me pareció muy bueno ahora poder hacer esto”, contó Lucía a esta agencia.