La modelo marplatense contó cómo fue su separación del actor Daniel Pacheco, famoso por su papel de James o Colombia en El marginal.
Desde que incursionó en los medios, allá por 2015, cuando ingresó a Gran Hermano, dio que hablar. A golpe de vista, en cada producción, llama la atención ese rostro angelical, adolescente, que parece un contraste con sus curvas y esa manera de plantarse que la hacen toda una femme fatal. La marplatense Romina Malaspina (23) parece ser dos personas en una: por un lado, la diosa, la que sale en revistas y televisión. Una figura envidiable que es elogiada por hombres y mujeres. Por otro, la que necesita de su familia, de sus amigos, para seguir dando pasos hacia adelante. En el fondo se muestra como una mujer tierna y encantadora. “Mi prioridad son mi familia, mis amigos, la gente que quiero. La verdad es que si me voy afuera es por trabajo, por puertas que se me abren, pero lo sufro mucho. Se me hizo cuesta arriba este tiempo, y el tramo final fue duro. Ahora en casita, con mi gente.
–¿Cómo te fue en tu experiencia internacional?
–Viajé a España y a Honduras para ser parte de un reality. Primero fui a España, porque firmé contrato con Telecinco y Bulldog TV para ser parte de Supervivientes, el reality más famoso de la televisión mundial. Un programa de casi 4 millones de televidentes. En España se hicieron las fotos y la promo del lanzamiento y luego, por el formato, viajé a Honduras por tres meses. El desafío era sobrevivir en una selva sin acceso a una alimentación satisfactoria ni nada a mano. Aparte de eso, teníamos que ir cumpliendo prendas.
–¿En Argentina cuesta encontrar el lugar que buscás?
–Estos dos años me costó un poco porque estuve en el exterior proyectando mi carrera y apostando a nuevos mercados, y eso, naturalmente, divide las energías y mi visibilidad en el medio local. Pero ahora volví para quedarme, con la intención de echar raíces en mi querido país, formándome y creciendo. Con mis deseos de instalarme en el mercado local.
–¿A qué apuntás laboralmente?
–Hice tele, teatro, tuve el privilegio de trabajar en el reality más potente del país, como Gran Hermano, y en el de España. En teatro tuve la fortuna de trabajar con Carmen Barbieri y Fede Bal, dos grosos que me enseñaron un montón. Ahora estoy perfeccionándome como conductora y actriz. Estoy enfocada en hacer ficción, me encantaría participar en la serie juvenil Soy Luna, y empezar a conducir. Estoy trabajando mucho eso con un coaching, muchas horas de estudio. Me encanta la carrera que está haciendo Flor Vigna.
–Laurita Fernández se enojó con Vigna por la foto con su novio, Nico Cabré. Vos trabajaste con Bal cuando estaba con ella…
–Sí, encima el sketch que yo hacía con él era bastante subido de tono. Mi personaje estaba dispuesto a todo para tener el rol más importante. Arriba del escenario no paraba de acosarlo. Por suerte nunca nos vino a ver, porque si no…
–¿Te fuiste sin novio a España?
–Estaba de novia, llevaba un año y medio con Daniel Pacheco, el actor colombiano que trabajaba en El marginal. Todo iba súper bien, pese a la distancia, pero el WhatsApp le jugó una mala pasada. Resulta que él estaba parando en mi casa, me la había pedido prestada porque estaba haciendo refacciones en la de él, y una noche le quiso mandar un chat a Nico Furtado, pero se equivocó y me lo mandó a mí. En ese mensaje le contó que la noche anterior había tenido una aventura amorosa ocasional con otra chica, en mi propia casa. Imaginate. Game over.
–¿Nunca más hablaron?
–La verdad, me sorprendió Nico Furtado, cómo se enganchó en la tramoya que quisieron inventar entre los dos para dibujar la situación y que yo me la comiera. La verdad, personas así prefiero evitarlas. No quiero hablar más de él, no me interesa.
–¿Hay diferencias entre el hombre de acá y el europeo?
–El europeo va más al frente. Es más sincero y más simple. El argentino da muchas vueltas, siempre tiene una excusa para enmascarar su verdadera intención. Son muy verseros, pero los amo mal. Son los más lindos del mundo. Tal vez me pasa a mí porque soy conocida y alta, y tal vez los inhibo. Igual, no estuve con ningún europeo porque estaba de novia… ahora, con el diario del lunes, al pedo me porté bien.
–Se habló mucho de que afuera te hiciste cirugías estéticas… hasta que te retocaste las orejas…
–Tengo las cirugías que todos saben, que las conté. En su momento me puse lolas y me retoqué la nariz. Estuve leyendo que me hice esto, aquello, que me hice una lipo… La única lipo que me hice en mi vida se llama estar en una isla desierta durante tres meses comiendo cocos, cucarachas y erizos crudos. Eso está en la Web, hay videos y se puede comprobar.
–¿Vale el sexo sin amor o buscás a tu príncipe azul?
–Vale lo que a una la haga feliz. Cada persona es un mundo y tiene que vivir su sexualidad como quiera. Yo no soy quién para decir qué está bien o qué está mal. Para mí el sexo es maravilloso. El sexo, con entendimiento, con compañerismo o con amor, es muchísimo mejor.
–¿Cuando te mirás al espejo, qué es lo que más te gusta?
–Mi altura. Si bien puedo llegar a inhibir a los chicos que no son altos, me gusta. Y por supuesto mis ojos. Los chicos me los elogian mucho.
–¿Qué opinas del poliamor?
–Opino que el término está mal puesto, porque me parece que en todo caso sería polisexo. Me parece que en esas relaciones, de amor no hay nada. En mi caso, si estoy con alguien, enamorada, no hay chances de que lo comparta. Estoy con esa persona y punto. Pero si a otras personas les hace bien o les gusta…
–Alguna que otra mujer suele elogiarte…
–Sí, y me gusta el piropo. Además, la mujer no suele elogiar a otra mujer, por eso, cuando pasa, es porque es sincero. Pero me gustan mucho los hombres. Creo que las mujeres quedarán pendientes para la próxima vida.