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Locales

El apoyo y la solidaridad le permitieron a Gustavo reconstruir su negocio

Fernández. En cuatro días Gustavo Paz volvió a levantar parte de su negocio, que el temporal del jueves había roto. Apoyo familiar y muestras de solidaridad.

27/11/2018

“Se veía una cosa marrón que venía del sur. Llegó de repente” comentaba el viernes pasado Gustavo Paz sobre como llegó el temporal a Fernéndez y que tanto daño le acusó a su negocio familiar.

Pérdida de mercadería y un tinglado por el suelo, fueron solo algunos de los daños que sufrió su negocio.

Pero la ayuda, las manos de los familiares y amigos, más las decenas de muestra de solidaridad, le dieron las fuerzas necesarias a Gustavo, para que en cuatro días ya nuevamnete su negocio esté arriba.

“Hoy a vuelto a cambiar” dice Gustavo mientras muestra como el armazón del tinglado ya está terminado y pronto será cubierto por las chapas y agrega “gracias a la colaboración de mucha gente. Primero quiero agradecer a mi familia, a todos, han venido de Loreto mi suegro, mi cuñado, mi hermano de Sachyaoj, Árbol Blanco, muchos llamados, hasta se ofertaron para hacer una peña” contó emocionado sobre la ayuda que recibió.

“Por medio de Canal 7 quiero agradecerle a toda la gente que ha estado. Tuve el llamado de un chico de Buenos Aires que me decía como no haber estado más cerca para ayudarte. Eso te da aliento, ganas de seguir” sentenció Gustavo, resaltando el aporte anímico que significa una palabra de aliento.

“Hemos empezado el sábado sacar todo lo que no servía, sacar las cosas del galpón para dejarlo vacío para empezar a trabajar” destacando que se vivieron dos días de intenso y duro trabajo, sábado y domingo, descansando solo cuando se sentaban a comer algo para recuperar fuerzas.

También estuvo el sacerdote de Fernández, Vicente Avellaneda quien expresó “Estuve acompañando a mi amigo Gustavo, a Griselda, a su familia. El quería sostener todo para que no caiga, pero yo le digo lo material se puede solucionar. Estamos para ayudar y acompañar en los momentos difíciles” destacó el párroco.

De una lágrima por la dura prueba que el tocó pasar a muchas lágrimas de alegría y emoción, por la ayuda recibida y la solidaridad que le permitió en poco tiempo volver a reconstruir lo destruido por la naturaleza.