Unos obreros realizaban reformas en una de las salas y se encontraron un cráneo escondido en un entretecho.
Un cráneo humano estaba escondido en un entretecho del mítico hotel Eden de La Falda, lo que llevó a la Justicia a investigar el caso.
Ocurrió el pasado martes 30 de octubre. Un grupo de turistas fotografió los restos que habían sido encontrados previamente por albañiles.
De acuerdo con lo que revelaron las autoridades del hotel, el cráneo apareció cuando obreros realizaban tareas de reformas en la zona donde antiguamente funcionaba la cocina y el comedor.
Leandro Rossi, concesionario del hotel, señaló a Cadena 3: “Los albañiles estaban renovando un salón y en un entretecho encuentran un cráneo. El cráneo estaba escrito en la cabeza y lo tiraron a la basura”.
Algunos turistas que hacían un recorrido por el lugar fotografiaron el cráneo y lo postearon en sus redes, lo que derivó en que el fiscal de Cosquín Raúl Ramírez ordenara la intervención policial.
El cráneo es peritado por Antropología Forense.
Algo de historia
El hotel fue ideado para alojar a las familias adineradas de Argentina y Europa. Los primeros escapando de la tuberculosis y los segundos del invierno.
En 1898, una vez finalizada la obra original, contaba con dos plantas, salones amplios, 100 habitaciones y sólo 4 baños por planta. Las remodelaciones de años posteriores llevaron a que el edificio contara con 38 baños, un salón comedor para 250 personas y un comedor auxiliar para niños y personal doméstico, un salón para fiestas, sala de lectura, dos jardines de invierno, bar, galería cubierta y dos balcones desde los que se apreciaba el parque donde se exhibe una fuente de mármol con una estatua de león a cada lado y los miles de árboles traídos desde Europa.7
Se abastecía completamente solo; contaba con usina eléctrica propia, calefacción central, talleres, quinta y corrales para el abastecimiento y procesado de todos los alimentos que se consumían.7
También poseía caballerizas que aprovisionaban los animales para las cabalgatas y "cacería del zorro". En sus terrenos se emplazaba un campo de golf de 18 hoyos, una pileta de natación con aguas renovadas por una vertiente, canchas de tenis y hasta una dependencia bancaria.7
Su mobiliario, vajilla, cristalería, platería, estatuas, alfombras, pianos y pinturas fueron traídos desde Europa, respondiendo a las pautas del art nouveau.7
Se caracterizaba por sus grandes bailes donde se vestía de rigurosa etiqueta durante todas las noches de la temporada y donde se danzando al compás de orquestas de renombre. A las cenas, donde se bebía vino del Rin y agua de manantial, era obligación asistir de esmoquin.