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Tras la confesión de Cande Tinelli, Vicky Xipolitakis contó su dura lucha contra la anorexia

“Era un hueso caminando, casi me muero”, admitió en una charla con Moria Casán.

06/11/2018

Después del conmovedor texto de Candelaria Tinelli sobre la bulimia y anorexia que padeció desde los 15 a los 27 años, Vicky Xipolitakis dio un desgarrador testimonio en el que contó que durante la adolescencia padeció una anorexia tan severa que estuvo a punto de perder la vida.

Vicky, que dentro de un mes y medio tendrá un hijo, se sinceró en "Incorrectas" (América), acerca del infierno que fue para ella y su familia la anorexia. En el curso de la entrevista donde también se abordaron otros temas, Moria Casán le preguntó a Vicky: "Vos que pasaste por la anorexia, ¿cómo fue tu etapa anoréxica? que tomabas solamente agua, contanos eso".

Vicky Xipolitakis, quien suele mostrarse siempre divertida y jocosa, se puso seria y admitió: "Sí, fue la única etapa que se me borró la sonrisa de la cara".

Moria quiso saber entonces cuáles habían sido los primeros síntomas de la enfermedad. "¿Cómo es que decís 'hoy no como'?-le preguntó a su entrevistada- ¿Qué fue, una imagen deformada que te devolvía el espejo?, ¿qué te pasó ahí?".

"Me veía que estaba normal, y hoy veo una foto y era un cadáver caminando. Se te mete como un mal adentro del cuerpo, como un monstruo", se sinceró Vicky.

"¿Y cuál pensás que fue el disparador?", consultó Moria. "Me quería empezar a cuidar, si todas hacían dieta yo quería hacer más, quería llamar la atención de algún punto. Casi me muero, pierdo la vida", respondió Xipolitakis

Sinceridad brutal, Vicky Xipolitakis añadió: "¿Qué me agarró? Que quería empezar a ponerme linda y terminé horrible, porque es todo de la cabeza. Linda es si comés bien, saludable".

"Tomaba seis litros de agua por día, iba al colegio en vez de con la mochila iba con dos bolsas de agua mineral. Y también tomaba dos pavas a la noche -siguió evocando Vicky-. Me servían la comida y cuando alguien se iba, agarraba una bolsa y la escondía en el freezer, para que pensaran que era la comida de los perritos que le regalaban después a la chica que limpiaba... No comía nada. Y así pasé unos meses y nadie me quería atender porque no tenía grasa en el cuerpo".

"En ALUBA no me quisieron atender porque no tenía grasa corporal. Me midieron, no se quisieron hacer cargo, no sé, fui con mis papás -recordó, con dolor, Vicky-. Nunca me lo voy a olvidar. ¡Llegué a pesar 35 kilos. Era un hueso caminando! Me acuerdo de estar tirada en la cama, y no poder agarrar la ropa del placard. Me tiraba y no la podía agarrar porque no tenía fuerza".

A continuación, Vicky Xipolitakis agregó: "A mi mamá la escuché llorando y me dije: ' ¿Yo voy a estar haciendo sufrir a mi familia?'. Así, empecé a comer despacito y dije: 'No pasa nada, estoy divina'. Y empecé a recuperar la felicidad, la vida".

"Al final me daban push porque la menstruación se me había cortado unos tres meses -detalló La Griega-. Fue una época fea, no fue nada linda... Y, gracias a Dios, fue muy rápido, por mi familia, que estuvo encima, y yo no pude permitir hacer sufrir a mi familia, que es lo que más amo".

En su desgarrador testimonio, Vicky Xipolitakis admitió: "No era nada, era un cadáver caminando, no tenía vida. Fue el único proceso de tristeza en mi vida".