Un vendedor ambulante lo desfiguró de un botellazo porque le secuestró la mercadería.
Salta - El caso de los vendedores ambulantes y manteros que desde hace meses libran una encarnizada lucha con el municipio para sentar sus reales en el microcentro de la ciudad generó un episodio violento el jueves a la noche. La cuerda se tensó tanto y finalmente ocurrió lo que se preveía.
La víctima fue el inspector municipal Miguel Ángel Benítez, quien alrededor de las 20 fue atacado por un enardecido joven, quien lo desfiguró de un botellazo. "Pasó lo que tenía que pasar", expresó un comerciante, quien a diario mantiene enfrentamientos con vendedores que invaden la puerta de su negocio. "Es la pelea de todos los días y ya no sabemos qué hacer", se lamentó.
El acuerdo al que se había arribado para que estos trabajadores precarizados puedan instalarse en las peatonales después de las 22 no dio resultado. Por el incumplimiento del horario establecido, los inspectores municipales y la policía mantienen a diario una ardua disputa. Los roces, los insultos y la feroz lucha para evitar el secuestro de la mercadería mantiene al centro de la ciudad en un clima de alto voltaje. Los guardianes no se dan abasto para controlar la invasión de vendedores que se apuestan en cualquier recoveco para ofrecer sus productos.
El incidente del jueves a la noche se produjo cuando el inspector y otro compañero interceptaron a un joven de 19 años y le secuestraron los portacelulares que ofrecía. Irritado, el vendedor exigió a los agentes que le devolvieran la mercadería con el argumento de que el producto pertenecía a su madre. Como no logró su cometido, los insultó de arriba a abajo y se retiró con la promesa de tomarse venganza.
Según el personal de control de la comuna, el muchacho ya había sido advertido en varias oportunidades de que no podía permanecer en el lugar porque estaba fuera del horario permitido para ofrecer su producto. Sin embargo, el vendedor hizo caso omiso a esos pedidos y por eso a los inspectores no les quedó otra alternativa que secuestrarles los portacelulares.
Luego de cumplir con el procedimiento, el inspector Benítez, de 53 años, continuó con su labor. En un momento dado se apartó de sus compañeros para aventar a otro vendedor que al igual que el anterior estaba fuera de protocolo. En esas circunstancia apareció en escena el infractor de los portacelulares y le destrozó la cara con una botella de vidrio.
Con el rostro ensangrentado Benítez se desvaneció y cayó al piso. El violento aprovechó su estado de indefensión y le aplicó golpes de puños y puntapiés en distintas partes del cuerpo. La intervención de transeúntes evitó que el vendedor continuara con la agresión.
En seguida llegaron sus compañeros y la policía y minutos después arribó una ambulancia del Samec que trasladó al herido al hospital San Bernardo. El médico que asistió a la víctima determinó que presentaba múltiples cortes en la nariz, boca, frente y pómulos, además de múltiples hematomas en distintas partes del cuerpo.
Según testigos, otros vendedores aprovecharon que el inspector estaba caído para sumarse al feroz ataque contra el trabajador municipal. Tras consumar el hecho, el agresor se dio a la fuga. Con los datos aportados por personas que lo identificaron horas más tarde, la policía apresó al joven en su domicilio y quedó alojado en la Alcaidía de Tribunales a disposición del fiscal penal en turno. Hasta ayer la policía trataba de determinar si el sospechoso fue el autor el hecho.
Una integrante del cuerpo femenino de la Policía de la Provincia declaró que el belicoso vendedor sería el mismo que días antes la insultó e intentó agredirla en la peatonal Florida cuando le pidió que se retirara del lugar porque estaba fuera del horario permitido. "Sabemos que se trata de una persona agresiva y que tiene antecedentes por episodios de esta magnitud", señaló una fuente policial.
Fuente: El Tribuno