El boxeador sueco Anthony Yigit no pudo terminar el combate, por el título del mundo, ante el bielorruso Ivan Baranchyk por la decisión del médico.
Anthony Yigit se había ganado la posibilidad de competir por el título mundial superligero de la Federación Internacional de Boxeo (FIB). Sus estadísticas impolutas con 21 victorias (7KO) y 1 empate justificaban la presentación en Estados Unidos contra el bielorruso Ivan Baranchyk, otro pugilista con números positivos.
Su combate no fue como lo esperaba: la pelea se terminó en el séptimo round por orden del médico a cargo de controlar la salud de los deportistas arriba de ring. El sueco Yigit tenía su ojo completamente cerrado producto de una espeluznante inflamación tras padecer un castigo constante de su rival.
En el sexto asalto el especialista ya había acudido a su rincón para controlar el ojo izquierdo, que todavía le permitía ver más allá de que daba señales de la virulencia de los golpes del rival. Los siguientes tres minutos le marcaron la puerta de salida al peleador de 27 años, que hacía su primera presentación en la meca del boxeo.
"El ojo está bien (se ve peor de lo que es). Recibí un par de puntos por encima de la ceja por un corte, me drenaron la sangre de la oreja y también tuve una pequeña fractura en la mandíbula durante la quinta ronda", escribió en su cuenta de Instagram tras compartir una foto de su cara.
"Un duro sábado por la noche, en otras palabras. Espero que hayan disfrutado de mi pelea aunque no haya funcionado. ¡Volveré más fuerte!", sentenció. En sus primeras líneas había asegurado: "con cinco rondas más por pelear, estaba bastante seguro que podría haberlo volteado".
Baranchyk (19-0), con 25 años, ganó un combate que lo catapulta directamente a las grandes ligas tras demostrar el poderío de sus puños. La categoría ahora (63,5kg) tiene a su cuarto campeón, teniendo en cuenta las cuatro asociaciones diferentes que existen.