Es un sistema de recompensa para sus ciudadanos por usar la bicicleta o el transporte público en lugar de su auto particular con el fin de poner freno a la contaminación.
Nunca andar en bicicleta había sido tan gratificante. Literal.
La ciudad italiana de Bolonia, en el norte del país, ha ideado un sistema de recompensa para sus ciudadanos por usar la bicicleta o el transporte público en lugar de su auto particular con el fin de poner freno a la contaminación.
Es así como muchos ciclistas obtienen cervezas, entradas de cine y otros descuentos a cambio de los viajes que realicen en bicicleta.
Todo se hace a través de una aplicación, Bella Mossa, que se puede traducir como "¡Buen trabajo!". El ideólogo es el italiano Marco Amadori, un planificador urbanístico que puso en marcha su idea el año pasado para intentar hacer más atractivo el transporte ecológicamente sostenible.
"Por primera vez hemos sido capaces de involucrar a todo el mundo. Todo el mundo tiene la posibilidad de cambiar un viaje en auto por uno en bicicleta o autobús y recibir una recompensa", explicó Amadori a un equipo de la BBC que se desplazó a Bolonia.
Cómo funciona
El sistema es sencillo. Te descargas la aplicación, registras los viajes que hagas en un medio de transporte público o en tu bicicleta y después, canjeas los puntos en los establecimientos adscritos al programa.
Pero ojo, la aplicación detecta también si has hecho trampa. Con un sistema de GPS puede rastrear la velocidad y el tiempo de duración de tu viaje para ver que se ajusta al seleccionado por ti en la aplicación.
Además, el sistema no premia la distancia, sino la asiduidad. De esta forma se obtienen puntos por cada viaje, y no por los kilómetros recorridos, con la intención de que la gente use el medio de transporte más limpio el mayor número de veces posible.
Hay también un límite de cuatro viajes máximos que puedes registrar. Al final de tu recorrido, la aplicación te muestra cuánto CO2 (dióxido de carbono) has evitado producir.
Un equipo de la BBC se desplazó a Bolonia para comprobar cómo funcionaba y pudo ver que se necesitan aproximadamente ocho viajes para obtener un helado gratis.
Resultados
El sistema, financiado con fondos de la Unión Europea y del ayuntamiento de Bolonia, funciona solo seis meses al año, pero en 2017 el éxito fue indiscutible.
Se registraron 3,7 millones de kilómetros y se canjearon hasta 16.000 cupones.
Para el éxito de la iniciativa es vital la colaboración de los comercios locales, con más de un centenar suscritos al programa, pero también la participación ciudadana.
"Incita a la gente a realizar una actividad física y eso siempre es bueno para la salud", defendió una usuaria de Bella Mossa llamada Elisa. Otro, Fabio, asegura que lo hacen "porque es divertido, pero también por los puntos" que obtienen a cambio.