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Espectaculos

El peor momento de Valeria Degenero: "Perdí un embarazo y caí en depresión"

Después de una larga búsqueda, la actriz logró quedar embarazada. Sin embargo, a las ocho semanas comenzó con pérdidas y recibió la dura noticia. Tristeza, dolor y una lucha por dar vida que mantiene cada vez con más fuerza.

20/10/2018

Tras dos años de relación con el empresario del calzado Hernán Cao (52), compromiso mediante, la actriz y vedette Valeria Degenaro (39) estaba a punto de concretar su gran sueño de ser madre. Sin embargo, luego de algunas molestias y pérdidas le dieron la triste noticia: había perdido el bebé que apenas llevaba algunas semanas de gestación.
 
“Hacía tiempo que estábamos buscando un hijo. Y estaba enojada con la vida porque ya me pasó en el 2000 de perder un embarazo, y en 2010 tuve uno ectópico”, arranca detallando la morocha, quien a corazón abierto cuenta el difícil momento que le tocó atravesar. “Desde un comienzo de la relación ambos tenemos como proyecto casarnos y tener hijos. A los 7 meses de estar de novios se me había vencido el DIU, me lo tenía que cambiar, y fue a partir de ahí, por decisión de ambos, que empezamos a buscar”.
 
–¿Viven juntos?
–No, nunca convivimos. Fue un proyecto que lo dejamos para más adelante, cuando quede embarazada. En sí, digamos que no vivimos en el mismo hogar, pero sí convivimos en un viaje que hicimos a Brasil y en la temporada en Las Grutas, que me acompañó. Pero por ahora… cada uno está en su casa.
 
–Dijiste que a tu pareja tienen que gustarle los gatos…
–A mi novio le gustan los animales, pero no es tanto de los gatos. Es más de los perros. Los quiere hasta ahí. Cuando me acompañó a Las Grutas uno de los gatitos no lo quería mucho y ellos duermen conmigo… eso era todo un tema porque él no quería saber nada. ¡No se puede todo! Quiere casarse, tener hijos… eso está perfecto. Pero no le gustan los gatos. Y bueno, no encontré el marido perfecto.
 
–¿Cómo supieron que esperaban un bebé?
–Pasó como un año y tres meses de estar buscando… y nada. En ese tiempo empecé a hacerme estudios de sangre, hormonales, y me había salido todo bien. El siguiente paso era hacerme una radiografía que se llama histerosalpingografía, pero tenía que esperar la fecha en que me viniera el período para calcular y hacer el estudio. Pero creo que lo que me sucedió es que me relajé, ya que todo me venía dando bien, y enfocada en ese último estudio me tomó por sorpresa la noticia de que no me lo podía hacer porque estaba embarazada. Estaba tan pendiente de la fecha de menstruación para ese estudio que el día uno de atraso ya me hice el test de embarazo. Salía raro. La primera rayita fuerte y la otra más débil. Me quedé con dudas, no pensé que podía estar. A la noche con mi novio repetimos el estudio, pero digital, y ahí decía que estaba embarazada de entre 2 y 3 semanas. Así que en ese punto nos tomó de sorpresa a ambos. Ahí estábamos súper felices, pero mi miedo era que fuera un embarazo ectópico, porque ya había tenido uno, y quería verificar, que me lo dijera el médico para poder contarlo a la familia. Mi novio estaba tan feliz que de apurado se lo contó a sus familiares y sus amigos. Empezamos con la beta y me dio bien, pero era muy pronto. En la primera ecografía se veía el saquito gestacional. Y claro, todo era nervios y ansiedad. Quería que me dijeran que estaba todo bien.
 
–¿Y cómo te enteraste de la pérdida del bebé?
–A las 8 semanas y 3 días se interrumpió. Se detuvo. No llegué a ver el embrión. Había empezado con pérdidas. Creo que si hubiese atravesado eso este momento sería aún más duro. Una mala jugada del destino, porque lo estábamos esperando súper felices. Y la alegría duró poco. Tuve todos los síntomas del embarazo, hasta después de perderlo. Y tuve que hacer todo un proceso para eliminar el saquito.
 
–Fue un momento difícil, ¿no?
–Sí. Tenía mucha alegría de estar esperando un hijo y justo pasó esto. Me tuvieron que dar una pastilla para expulsarlo, y para ello también se dieron cambios en mi cuerpo y atravesé un proceso donde estaba enojada con la vida. De haber pasado por todos los síntomas, las ilusiones y que no se diera me llevó a un periodo de angustia y depresión donde me planteaba: “¿Todo me va a salir mal?”. Encima en una etapa donde se habla tanto del aborto, con tantas chicas que no quieren ser madres, y yo que estoy en la lucha de sí querer, y que me pase esto…  estaba muy enojada con la vida, con todo. Encima, cuando mi novio lo empezó a contar decidí hacer lo mismo con mis seres más cercanos. Ahora aprendí que es como todos dicen, que se cuenta a partir de los tres meses. Después todos están pendientes, y con buena onda preguntan. Pero una no tiene una noticia buena para dar. En el difícil momento que yo y mi novio estábamos pasando, no teníamos ganas de andar contando cuando preguntaban.
 
–¿Supieron el sexo del bebé?
–No, porque era muy pronto y no mandamos a hacer ningún estudio de esos avanzados. Pero sí ya habíamos empezado a tirar nombres y yo había pedido que se llamara Melek si era nena, porque estoy viendo una novela turca, Todo por mi hija, y me gustaba. Si era varón quería que se llamara Joaquín. Obviamente, aún no estaban aprobados por mi novio. El quería otros.
 
–¿Cómo sigue esa búsqueda?
–Tengo que hacerme estudios, pero mientras volvemos a intentarlo puedo trabajar.
 
–¿Cómo viene lo laboral?
–Después del proceso de la pastilla para expulsarlo estaba re hinchada, y en las redes sociales me aparecía más de un comentario remarcando que estaba más gordita. Encima de todo lo que me estaba pasando, que además me digan gorda me dolía peor todavía. Por esto que pasó, el año no fue muy bueno a nivel económico, ya que soy una chica que vivo haciendo presencias, viajes, desfiles, y estuve muy tranquila, salvo haciendo cosas en Buenos Aires.