La jurado de La voz Argentina habla de sus comienzos en la música y del día a día del artista. La cantante reconoce lo que dejó de lado por su sueño y qué gustos se permite.
De las ídolas teen más queridas, Tini Stoessel (21) es parte de La voz Argentina, el concurso de artistas musicales de Telefe. Con un nuevo disco debajo del brazo y un mega show en el Luna Park por venir, la joven disfruta de los éxitos laborales y de la reconciliación con Pepe Barroso, su novio europeo, con el que mantiene una relación a distancia. “Estoy muy emocionada de ser parte de este programa. Lo veo como una espectadora más y me emociono, río, grito. Hay una química muy especial entre los cuatro compañeros del jurado. Me siento muy honrada de que hayan pensado en mí para compartir con personas de tanta trayectoria. Para mí es un aprendizaje porque todavía soy joven", dijo.
"El talento que hay en la Argentina superó todo tipo de expectativas. Nosotros no sabemos nada, los jurados no están al tanto de la historia de cada participante, solamente escuchamos la voz. No conocemos quiénes vinieron de lejos, hicieron un esfuerzo gigante o nunca en su vida se pararon delante de una cámara. Pararte solito arriba de un escenario con una banda atrás, cantar en vivo, tener la fortaleza de hacerlo no es nada sencillo. Pero te tenés que poner exigente porque solamente podés elegir a veinte. Una vez que elegimos a los seleccionados, vienen las batallas, y esos son momentos muy angustiares”, agregó.
–¿Vos te hubieras presentado a un certamen así?
–No sé… Cuando un jurado no se da vuelta y no te elige no quiere decir que sea un no para tu carrera y tu camino musical. Uno decide qué hacer con su vida… Y si a los dieciocho, cuando terminé el colegio, lo hubiese querido hacer, conociéndome como soy… lo hacía. Hay que estar en el momento. Lo que busco en los participantes que selecciono es que a la hora de cerrar los ojos me llegue a los míos, me llegue al alma y me ponga los pelos de punta.
–¿Qué les recomendarías a los talentos que logran ganar concursos?
–Es difícil mantenerse, pero la carrera del artista es un día a día. No es que el ganador de La voz siempre va a ser un éxito porque fue el campeón del programa. Depende del esfuerzo de todos los días, de salirte a buscar la vida, esforzarte, lucharla, de hacerle frente muchas veces a escuchar más “no” que “sí”. Pero también la vida misma te enseña esas cosas. No le puedo decir a una persona qué le va a pasar y qué no, porque cada día es diferente y cada familia es distinta.
–¿Te costó sobrellevar la rivalidad que se dijo que tenían con Lali Espósito?
–No me costó porque nunca fue real… Me daba pena que no se disfrutara que hay dos personas, Lali y yo, a las que nos va bien, que amamos lo que hacemos, que no le hacemos mal a nadie. En vez de, insisto, disfrutar eso, nos tenían que enfrentar. Pero siempre demostramos con Lali en los eventos que nos cruzamos o en las cosas que nos tocan hacer juntas que siempre tenemos buena onda. Es más una pelea de las fanáticas que de nosotras.
–En breve hacés un Luna Park, ¿qué podés adelantar?
–Va a haber una pasarela que atravesará todo el Luna. Por primera vez voy a tener campo e invitados especiales. Y ahora se lanza el disco entero con música que no tiene nada que ver con el material anterior. Se llama Quiero volver porque entiendo que siempre que estoy en un lugar, después sé que me voy a tener que ir… Todos tenemos un lugar a donde queremos volver porque nos hace feliz.
–¿Qué recordás de la Tini niña y qué ves en la mujercita de hoy?
–Recuerdo a esa chica que en el colegio no se hallaba. Iba a un colegio doble turno, estaba casi diez horas y soñaba con terminar eso y buscar algo que me hiciera feliz. Cuando llegaba del cole, lo primero que hacía era ir al vestidor de mi mamá, ponerme los tacos, el maquillaje. Mamá me compraba muñecas, de todo, pero yo no quería nada. Sólo quería maquillarme y cantar. Y cumplí el sueño… Dejé el colegio, había años en los que estaba sólo diez días en el país, de un día para el otro dejé de ver a mis amigas, de tener una vida normal de una chica de catorce años, pero valió la pena.
–¿No terminaste el secundario?
–Lo terminé pero a distancia. Mi vida cambió radicalmente. ¿Si se extraña, si lo volvería a elegir? Obvio, hay cosas que extrañé pero volvería a hacer todo igual. Tal vez me gustaría ir a un restó tranquila con mis amigas, pero ellas son muy relajadas y a casa vienen mis diez mejores amigas desde que tengo 3 años. Llegan a las tres de la tarde y se quedan a dormir todas en mi cuarto porque es grande. Tengo una cama grande y muchos colchones. Y en esos momentos, comparto como si fuera una nena de 14.
–¿Cómo es mantener un noviazgo a distancia?
-¡Difícil! De hecho, nosotros nos separamos un tiempo por ese motivo. Tuvimos un período de corte, pero estuvo bueno porque somos los dos muy chicos. Yo estuve mucho tiempo en pareja con Peter Lanzani, me separé y después conocí a Pepe, y creo que eso que pasó nos vino bien a los dos.
–¿Cómo está tu noviazgo hoy?
–Muy bien, mejor que nunca.
–¿Lo extrañaste mucho durante la separación?
–Sí lo extrañé, pero lo normal. Un novio se vuelve la mitad de tu vida. De repente, el novio ocupa el lugar de la familia, de las amigas, de todo. Entonces, en esa crisis fue algo que extrañé, pero sabía que era algo necesario. Gracias a Dios, por ahora, con mis relaciones tuve mucha suerte. Me tocaron todos chicos muy buenos, y Pepe es lo más bueno del mundo.