La tragedia se produjo en la ciudad de Rosario. La mujer tenía 43 años.
Una mujer de 43 años murió el viernes al ser arrollada por un tren y tras una agonía de varias horas en el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca). La víctima, Sandra Arévalo, caminaba en horas de la mañana con auriculares puestos cuando fue impactada por la locomotora de una formación con 81 vagones en las vías de Francia y Cagancha. El hecho le provocó traumatismo de cráneo y una letal lesión pulmonar.
El paso a nivel tenía las barreras bajas, las alarmas encendidas y el convoy tocó bocina en reiteradas oportunidades. Los primeros testimonios refirieron a que la mujer habría intentado "ganarle al tren" y que no escuchó las advertencias.
El de Francia al 4.300 es uno de los tantos pasos a nivel conflictivos que surcan el mapa rosarino, por su proximidad con asentamientos irregulares y los problemas de convivencia en le entorno a las vías del ferrocarril.
Hacia las 9, y según los primeros testimonios, la mujer sobrepasó el cruce peatonal y las barreras a pesar del funcionamiento de las señales luminosas y auditivas.
La locomotora era conducida por Alejandro G., de 35 años, quien, según los datos colectados ayer, intentó avisarle en reiteradas oportunidades a la víctima que se retirara de las vías a través de la bocina.
De acuerdo a algunos testigos, Arévalo no escuchó las advertencias ya que tenía colocados auriculares. Incluso, habrían existido advertencias de transeúntes que le gritaron a viva voz que se retirase de allí. La mujer vivía en barrio Alvear y acudía al centro de salud Santa Teresita, del distrito sudoeste.
Ayer por la mañana, avanzó sobre las vías, pero no hizo tiempo a cruzar del todo. La formación colisionó a la mujer, que salió eyectada unos metros luego del fortísimo golpe que recibió en la cara y la cabeza.
La víctima fue trasladada de inmediato en una ambulancia del Sistema Integrado de Emergencia Sanitaria (Sies) al Heca, mientras la Policía de Investigaciones (PDI) reunía los primeros rastros. Además, se le dio participación a la fiscal de Homicidios Culposos, Valeria Piazza Iglesias.
Esfuerzos para estabilizarla
La paciente llegó al Heca, fue intubada de inmediato para recibir asistencia mecánica respiratoria, pero tras los esfuerzos por estabilizarla falleció en el centro asistencial, pasadas las 16. Arévalo ingresó con un traumatismo de cráneo grave con pérdida de conocimiento y otro golpe facial grave, además de una lesión pulmonar muy complicada. Y, pese a una primera reanimación después de un paro cardíaco, entró en una nueva crisis y se produjo el desenlace fatal.
En tanto, la fiscal Piazza Iglesias ya solicitó varias testimoniales y la declaración del motorman (junto a los exámenes de alcoholemia de rigor), además del secuestro de las cámaras exteriores e interiores que están a bordo de la locomotora. "Esas imágenes y sonidos serán fundamentales para la investigación", indicaron voceros judiciales.
Hasta el momento, la Fiscalía tendría ya declaraciones coincidentes entre el conductor y testigos que señalaron que la mujer no escuchó las advertencias. Las barreras estaban bajas y las señales encendidas.
De confirmarse esta principal hipótesis, el siniestro pudo hacer sido por imprudencia de la propia víctima, lo que deslindaría de responsabilidad del motorman, quien seguirá vinculado al proceso hasta que se reúnan todas las pruebas del hecho.
Entre los testimonios registrados en el lugar, se destacó el del chofer de un interno de la línea Q de trolebuses.
"La mujer estaba parada queriendo cruzar antes de que la máquina lo hiciera y allí la embistió. La bandera estaba baja, la campana sonando, y la formación con la bocina. La ambulancia llegó rápido. La mujer venía con auriculares y se ve que no escuchó la sirena del tren", dijo el conductor para agregar: "El tren venía tocando bocina, el maquinista la debe haber visto, pero la mujer siguió".
La fiscal Piazza Iglesias solicitó las cámaras ubicadas en el interior y el exterior de la locomotora
Fuente: La Capital.