Lo habían detenido por un hurto, pero lo hicieron aparecer como un contraventor.
Tres policías fueron privados de la libertad luego de que se detectaran irregularidades en la aprehensión de un supuesto ladrón y su posterior liberación sin que interviniera la Justicia. Por el caso, el fiscal Diego López Ávila inició una investigación y no descartó que en las próximas horas sean arrestados más uniformados por estar involucrados en este insólito caso.
El domingo, cerca de las 6 de la mañana, un desconocido ingresó a la escuela Obispo Colombres, que está ubicada en el barrio 11 de Marzo. Al sonar la alarma, el policía de custodia encontró al sospechoso escondido con un ventilador en su poder. El uniformado se comunicó con el sacerdote de la institución y con personal de la seccional 13ª para informarles lo sucedido.
“Padre, sí entré tres veces aquí a robar, pero no cuatro como dicen los ‘milicos’”, le habría confesado el acusado del robo al religioso cuando descubrió que se encontraba en el lugar junto a los policías.
Al sospechoso lo cargaron en una camioneta para trasladarlo a la comisaría. Antes de marcharse, el cura les dijo a los uniformados que se presentaría al mediodía a realizar la denuncia correspondiente, ya que por la mañana debía dirigir un cursillo.
El sacerdote, tal como lo había prometido, se presentó ante las autoridades para terminar de cumplir con el trámite. Sin embargo, el oficial de turno le advirtió que no podía hacerlo porque se había demorado y que por ese motivo habían aprehendido al intruso por una contravención.
El denunciante insistió tanto que le terminaron haciendo un acta y le entregaron el ventilador sustraído. El religioso se marchó del lugar desconfiando de lo que había vivido en la seccional. Horas después, le comentó la situación a un funcionario judicial que le advirtió que el procedimiento de entrega del ventilador era irregular y que debería denunciarlo ante la Justicia. Ambos se presentaron el lunes ante el fiscal López Ávila para contar lo que había sucedido.
Dos libros secuestrados
El personal de la Fiscalía de Robos y Hurtos I se presentó en la dependencia policial, donde secuestró el libro de guardia y el libro donde quedan registradas las aprehensiones por contravenciones. “Si bien es cierto que no puedo dar mayores detalles, allí notamos algunas irregularidades que se habrían cometido en este caso”, explicó el fiscal López Ávila.
Trascendió que el ingreso del acusado del robo quedó registrado a las 7 aproximadamente en calidad de aprehendido. Sin embargo, nunca se le informó a la fiscalía de Robos y Hurtos I que había cometido un ilícito y tampoco se había informado sobre la entrega del ventilador, prueba indispensable para imputarle el delito al sospechoso.
En el libro de contravenciones, en cambio, se anotó que la misma persona había sido arrestada por haber generado incidentes en la vía púbica. También se conoció una declaración del acusado, en la que confesaba la inconducta por la que fue arrestado: “Me encontraba en la intersección de la avenida Alem y Pasaje Berreta y sin motivo alguno comencé a gritar e insultar a las personas que pasaban por el lugar. En se momento se me acercó un policía para decirme que deponga mi actitud, pero no le hice caso y continué alterando el orden y la paz de la zona. Por tal motivo el uniformado me trasladó a esta dependencia donde me hizo conocer que me encontraba detenido comunicado (sic)”, habría dicho el sospechoso en la sede policial.
En el texto se puede leer que reconoció la falta de la que se lo acusa y que el “accionar policial fue correcto en todo momento”.
El acta contravencional fue labrada a las 9.30, es decir, dos horas y media más tarde del ingreso del aprehendido. Uno de los policías que brindó testimonio para que se le labrara el acta fue el mismo que conducía el móvil que se presentó en la escuela para trasladar al acusado del hurto.
En Tribunales
En medio de todas esas irregularidades, no se informó adónde fue trasladado, ya que no estuvo en la seccional 13ª, por lo que se especula que fue liberado después de haber pagado una multa y no procesado por el delito del que se lo acusó.
Ayer, según confiaron fuentes judiciales, fue citado a declarar la mayoría del personal que estuvo ese día en la dependencia, incluido el jefe. Después de haber respondido las preguntas del instructor (no se conoció el contenido de sus dichos), quedaron aprehendidos los oficiales Martín Morales y Álvaro Páez, que estuvieron a cargo de la guardia entre el sábado y el domingo, y el cabo Roberto González, que fue el que trasladó al apresado y actuó de testigo en la contravención como testigo. No se descarta que en las próximas horas se produzcan nuevas detenciones.
“Son varias las personas que nos aseguran que en la Policía no les quieren tomar la denuncia. Tenemos que terminar con estas prácticas que parecieran cada vez más habituales. Seguiremos investigando hasta las últimas consecuencias”, concluyó López Ávila.
Fuente: La Gaceta.