Los propietarios de vehículos trataron por todos los medios de evitar daños a sus rodados. Los que no hallaron techos, usaron desde cartones hasta almohadones.
La caída de granizo tomó por sorpresa a todos en esta Capital. Es que como dice el dicho, cayó piedra en seco.
Urgente los que estaban circulando en ese momento buscaron un techo donde guarecerse, los que los tenían estacionados recurrieron a múltiples elementos, los más usados las alfombras de los propios autos, parasoles de cartón, colchonetas de gimnasio y todo aquello que tuvieron a mano.
Así estaba el cielo minutos antes de la caída de granizo