Dos trabajadores relataron que Gustavo Melella les exigió tener relaciones para ser empleados del municipio.
El intendente de la ciudad fueguina de Río Grande, Gustavo Melella, fue denunciado y es investigado judicialmente por presuntos pedidos de favores sexuales a cambio de empleo.
Las acusaciones por acoso y abuso sexual se realizaron a partir de las declaraciones del albañil Alfredo Suasnabar, de 55 años, y del carpintero Damián Rivas, de 48. También brindaron testimonio un albañil identificado como "Mario" y Hugo Moya, un ex custodio del intendente que refrendó algunos aspectos de las denuncias, publicó la agencia Noticias Argentinas.
El jefe comunal, perteneciente al partido Forja, rechazó las acusaciones y las atribuyó a una supuesta "campaña sucia" para perjudicar sus intenciones de competir por la gobernación de Tierra del Fuego.
En sus declaraciones, Suasnabar y Rivas relataron que conocieron a Melella en una visita que hizo a su barrio. En esa oportunidad, ellos le pidieron trabajo. Según dijeron, el intendente les pidió sus números telefónicos personales y los invitó a que lo visitaran en la Municipalidad.
"Empezó a mandarme mensajes por WhatsApp y también me llamaba y me preguntaba si la tenía grande, en referencia al pene. Siempre me pedía si conocía a alguien para presentarle", declaró Rivas.
Por su parte, Suasnabar sostuvo que el intendente lo citó en su departamento y abusó de él: "Me fui para ahí pensando en que iba a tener trabajo. Subí, me atendió el señor y me abrazó, me besó y empezó a hacerme cosas", narró.
"Yo lo que hice es apartarlo, le dije 'pará, qué es lo que pasa, yo vengo por el trabajo, no por esto'. Y él me decía 'entregate'", agregó el carpintero. En tanto, "Mario" dijo que el jefe comunal le exigió mantener relaciones sexuales a cambio de un puesto en la Municipalidad. "Me empezó a tocar y tuve miedo de que me haga una denuncia porque es funcionario público, pero necesitaba plata en ese momento", aseguró la presunta víctima, que admitió haber tenido sexo con Melella producto del "miedo".
"Recuerdo que no le gustó que yo le diga que no era así como tenían que ser las cosas, así que decidí irme y me dio 500 pesos", detalló en su declaración. Moya, el ex custodio del intendente, contó que él llevaba hombres al departamento y al despacho del funcionario y que permanecían allí unos 45 minutos.