Muchas veces solo la espantamos y seguimos comiendo. Pero este insecto no es nada inofensivo.
Se acerca el verano y la temporada de lluvias, y con ello llegan las moscas a nuestras casas. Si bien parecen inofensivas, cuando comemos y ellas pululan alrededor, pude ser fastidioso. En general, las espantamos y seguimos comiendo, pero ¿qué puede ocurrir cuándo una mosca se posa en la comida?
Según una encuesta realizada por la empresa estadounidense Orkin a más de 300 personas, el 67% de los encuestados dejaría de comer si vieran una cucaracha en un restaurante, pero solo un 3% lo haría si fuese una mosca.
Lo que quizás no sepa ese 67% es que “las moscas son hasta dos veces más sucias y por tanto transmiten más patógenos que las cucarachas”, según Ron Harrison, entomólogo y director de servicios de Orkin.
La diferencia entre estos dos insectos es que “las cucarachas se alimentan de restos de comida, pero no de materia podrida como lo hacen las moscas, estas últimas transmiten más microbios”, indica Miguel Carles-Tolrá, biólogo y profesor de Ciencias Naturales en Barcelona.
Cuando la mosca se posa sobre la comida, expulsa por la boca todo lo que lleva en el estómago para poder descansar. Así, se constituye como portador de microorganismos que pueden provocar enfermedades en los seres humanos.
Este insecto, además de posarse en tu comida, aterriza y frecuenta alimentos descompuestos, excrementos, cadáveres de animales y contenedores de basura. Carles-Tolrá reconoce que “la mosca puede ser dañina para el ser humano porque transfiere justamente los microbios de su hábitat fétido”.
“El problema es cuando los microbios que transportan las moscas entran en contacto con alimentos no cocinados y se dejan en condiciones favorables al crecimiento de bacterias, por ejemplo, fuera de la nevera”, apunta el zoólogo y profesor de Biología Ambiental y Biodiversidad de la Universidad de Navarra, Enrique Baquero.
En resumen, el problema en sí, está en dejar que las moscas vivan a sus anchas en alimentos frescos sin ningún tipo de higiene a modo de prevención. En estos casos pueden incluso aparecer enfermedades como la salmonela, el tifus, lombrices intestinales, cólera.
Todas las medidas de precaución son más que necesarias pero también es cierto que los microbios que acabaremos ingiriendo serán -la mayoría- eliminados por los mecanismos defensores de nuestro cuerpo.