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Un Torino argentino deslumbra en el Salón del Automóvil de París

Una coupé Torino TS fabricada en 1972 por IKA Renault integra la colección de vehículos históricos que se exhiben en la exposición "Rutas míticas" de la feria automotriz.

04/10/2018

El Salón del Automóvil de París tendrá todos los tiempos cubiertos. Habrá novedades y lanzamientos acordes al presente de la industria. Dispondrán bocetos de las proyecciones de las automotrices: un recital de concepts cars que -fomentados por el marketing y la imagen de marca- imaginan cómo serían los autos del mañana. Y ofrecerá, en una exposición especial del Pabellón 5 del expo Porte de Versailles, retazos del pasado.

"Rutas míticas" es un espacio dedicado a recuperar la movilidad como símbolo de progreso dentro del posicionamiento cultural que tuvo la industria automotriz en el siglo XX. El mundo moderno fundó una civilización alrededor de la movilidad con los vehículos como fuentes de emancipación. Los autos fueron síntoma de liberación: creaciones pensadas para viajar y conocer nuevos lugares. Por eso, en su aniversario 120, el Salón de París le dedicó una exhibición a la ruta y a la aventura de los conductores: cincuenta modelos históricos y veinte motos icónicas.

La gala de autos evoca los caminos alpinos de Europa, la legendaria ruta 66 de los Estados Unidos, la denominada "carretera de la seda", esa travesía exótica por Asia central, y los extensos caminos del "Gran Sur", tal como lo denominó el historiador del automóvil y curador de la exposición Mathieu Flonneau, en diálogo con el medio Radio France Internationale.

En "Rutas míticas" está la primera creación de Louis Renault de 1898, reconocido por su ascenso desde la Rue Lepic en París un camino empinado culmina en la colina de Montmartre. Aparece el vehículo semioruga Citroën Kégresse, que lleva su nombre en honor al ingeniero militar francés Adolphe Kegresse, quien había patentado un sistema que convertía a los autos convencionales en versiones todo terreno. Integra la colección una Brough Superior SS100 de 1926, bautizada la "Rolls-Royce de las motos", la misma en que se accidentó y murió el aventurero, arqueólogo y escritor británico Lawrence de Arabia en 1935.

Entre reliquias de la historia automotriz se destaca una referencia argentina. El representante ilustre de la industria nacional es una coupé Torino TS fabricada en 1972 por IKA Renault. El ejemplar pertenece a Renault Classic, una división de la firma francesa dedicada a la conservación de vehículos clásicos. Para su presentación en el Salón de París, la unidad exhibida presenta algunas reformas que distan del modelo original que naciera el 26 de octubre de 1966 en la planta de Monte Chingolo de la filial argentina Industrias Kaiser Argentina (IKA).

En el Salón de París, el Torino está respaldado por una breve descripción en francés: "Los argentinos lo consideran el auto argentino por excelencia. Renault lo posicionó en el mercado como un auto de lujo. Se beneficia de un 'gran motor' de origen estadounidense (seis cilindros en línea que desarrollan 155 CV en su versión básica, 176 CV en su versión deportiva). Tuvo clientes famosos, como Fangio, Leonid Brezhnev o Fidel Castro".

El Torino se convirtió en un auténtico mito de la industria automotriz. Basado en el modelo estadounidense Rambler American y rediseñado por el célebre carrocero turinés Pininfarina, fue fabricado íntegramente en el país por IKA, que necesitaba un modelo para competir con Ford y Chevrolet. El piloto Juan Manuel Fangio y el mecánico Ores­te Ber­ta, tal vez las dos principales figuras del automovilismo nacional, participaron en el entramado del proyecto que terminó penetrando en la cultura del país. La hazaña en las "84 horas Nürburgring" en agosto de 1969 con tres Torino cupé 380W se coronó como una de las máximas epopeyas del automovilismo. "A las 6 horas de carrera les pareció agradable que un auto desconocido y argentino estuviera al tope de la clasificación. A las 12 horas les alcanzó a asombrar. A las 24 ya no entendían nada. Y cuando a las 50 horas de maratón el Torino seguía en la punta, ya la palabra Torino había entrado definitivamente en el diccionario de este continente", reflejó El Gráfico en la cobertura especial.