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Mundo

Inminente "baño de sangre" en Idlib por los bombardeos del régimen sirio

Los proyectiles volvieron caer en el sur de la última provincia en poder de los rebeldes levantados contra el presidente Bashar al Assad.

12/09/2018

Luego de que el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, alertara por un "baño de sangre" durante la inminente ofensiva del régimen sirio en Idlib, las fuerzas del dictador Bashar al Assad respondieron este miércoles con un renovado bombardeo preparatorio contra el último bastión insurgente en Siria.

Los disparos de artillería en Idlib se producen, además, un día después de anuncio por la coalición antiyihadista liderada por Estados Unidos del lanzamiento de la fase final de su operación militar contra el grupo Estado Islámico (ISIS) en el este de Siria.

En la región de Idlib, el noroeste, los bombardeos del ejército sirio tuvieron como objetivo el sur de esta provincia limítrofe con Turquía, sin causar por el momento víctimas según el Observatorio sirio de derechos humanos (OSDH).

Idlib "no debe convertirse en un baño de sangre", había dicho el martes durante un discurso solemne Guterres, en el que pidió a Rusia, Irán y Turquía hacer todo lo posible para proteger a los civiles y evitarlo.

Una ofensiva militar del régimen en Idlib "desencadenaría una tragedia humanitaria sin precedentes", consideró Guterres, durante una sesión del Consejo de seguridad de la ONU dedicada esencialmente a la situación en Idlib.

"Combatir el terrorismo no libera a los beligerantes de sus obligaciones impuestas por el derecho internacional", agregó.

Más de la mitad de esta provincia del noroeste sirio está controlada por el grupo yihadista Hayat Tahrir al-Cham (HTS), exrama siria del grupo terrorista Al Qaeda. El resto del territorio está en manos de grupos rebeldes rivales que se levantaron contra Damasco en 2011, dando inicio a la guerra civil.

Se estima que la población en Idlib es de tres millones de personas, incluido un millón de niños. Cerca de la mitad son refugiados que han huido de otras zonas de conflicto en Siria.

Desde hace semanas el régimen de Al Assad está acumulando sus tropas en los alrededores de la provincia a la espera del inicio del avance terrestre. Mientras tanto las fuerzas aéreas de Siria y Rusia, aliada del gobierno, bombardean desde hace días el enclave rebelde.

Según la ONU estos bombardeos contra Idlib dejaron más de 30.000 desplazados. El organismo internacional teme la "peor catástrofe humanitaria" del siglo XXI en esta provincia de Siria.

En total la guerra en Siria ha provocado la muerte de 350.000 personas desde 2011, y desplazado a millones de sirios a otras regiones del país o al extranjero.

El comienzo del fin

El martes, la coalición antiyihadista liderada por Estados Unidos, y compuesta mayormente por kurdos, anunció el inicio de lo que se espera sea la fase final de su operación militar contra el ISIS en el este de Siria.

La ofensiva terrestre, llamada "Operación Roundup" (nombre de conocido herbicida), es conducida por las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) con un poderoso apoyo aéreo y de artillería de la coalición internacional en el noreste de Siria.

Este anuncio, igual que el recrudecimiento de los bombardeos contra Idlib, se produce además días después del fracaso de una cumbre tripartita en Teherán, de los presidentes turco, iraní y ruso.

La idea turca de un alto el fuego en Idlib fue rechazada por Moscú y Teherán, que consideran que el régimen sirio tiene el derecho de recuperar por la fuerza el control sobre la totalidad de su territorio.

Paralelamente, Rusia afirmó que los rebeldes sirios preparaban una "puesta en escena" de un falso ataque químico que sería luego atribuido al régimen sirio, para dar pretexto así a una posterior intervención militar occidental.

Poco después, el secretario estadounidense de Defensa Jim Mattis advirtió al presidente sirio Bashar al Asad que podría sufrir represalias si usaba armas químicas en el asalto contra Idlib.

El régimen de Assad es acusado de haber utilizado varias veces armas químicas en este conflicto, en particular durante un ataque en abril de 2017 contra la localidad de Jan Sheijun en la provincia de Idlib que provocó la muerte a más de 70 personas.

Luego, otro presunto ataque químico contra Duma, cerca de Damasco, provocó una réplica de Estados Unidos, Francia y Reino Unido, que bombardearon posiciones militares sirias.