En el último informe global sobre el sedentarismo, la OMS insta a priorizar de manera urgente el ejercicio físico, necesario para prevenir enfermedades como la diabetes o el cáncer.
Generalmente, los científicos suelen dividir las enfermedades en dos grandes tipos: las transmisibles (como la hepatitis, por ejemplo) y las no transmisibles (cardiovasculares, cáncer, enfermedades respiratorias y la diabetes). Estas últimas matan a 41 millones de personas cada año, lo que equivale al 71% de las muertes que se producen en el mundo. Si bien la causa de las primeras escapa un poco más a nuestro control, las segundas y más peligrosas pueden ser prevenibles en gran medida mediante un ABC muy sencillo: alimentación, ejercicio físico y evitación de tóxicos como alcohol y tabaco.
La Organización Mundial de la Salud ha vuelto a alertar sobre una de las epidemias que más asolan a la civilización occidental: la falta de ejercicio físico. En el último informe global sobre el sedentarismo, La OMS ha detectado que el 26% de los individuos, lo que es algo más de la cuarta parte de la población mundial, no realiza la actividad física suficiente para mantener la salud.
Así lo refleja en el estudio, publicado en The Lancet el 4 de septiembre de 2018, y en el que ha tenido en cuenta datos de 358 encuestas en 168 países, usando una muestra de 2 millones de habitantes para el año 2016.
¿Quiénes sacan peor nota?
Las más sedentarias son las mujeres de América Latina y el Caribe y, en general, las personas de altos ingresos en los países más industrializados no llegaban al mínimo recomendado para mantener la salud y prevenir enfermedades, (es decir, no realizaban al menos 150 minutos de deporte de intensidad moderada o 75 minutos de actividad física intensa por semana, o cualquier combinación equivalente).
En cambio los hombres de Oceanía, este y sudeste de Asia y África subsahariana son los que más ejercicio realizan. Pero la diferencia es especialmente pronunciada entre países pobres y ricos: La prevalencia en 2016 de sendentarismo fue más del doble en los países de altos ingresos que en los países de bajos ingresos, donde sus ciudadanos se mantienen más activos físicamente.
Esto puede explicarse porque en los países más industralizados, la mayor parte de los trabajos que se realizan son más sedentarios. No obstante, el estudio no tuvo en cuenta solo la actividad que se realiza en el entorno laboral, sino también en el tiempo de ocio.
Por si fuera poco, el sedentarismo tiene un efecto negativo en la salud mental y la calidad de vida, puntualiza la OMS en su informe.
Si las tendencias actuales continúan, el objetivo de actividad física global para 2025 (que es lograr una reducción relativa del 10% en la actividad física insuficiente) no se cumplirá. “Las políticas para aumentar los niveles de actividad física en la población deben priorizarse y ampliarse de manera urgente”, alerta la OMS.