Graciela Linares pidió hablar en el juicio por la muerte de su hijo. Esta tarde se conoce el veredicto.
“No creo en sus lágrimas. Me hubiera gustado un pedido de disculpas”, dijo Graciela Linares, la mamá del rugbier Genaro Fortunato (25), que murió atropellado por su novia, Julieta Silva (30). En el último minuto del juicio oral en San Rafael y antes de que a las 14.30 de este martes se conozca el veredicto, la madre de la víctima pidió hablar. Su mensaje, pausado, estremeció a los presentes. Se dirigió a Silva. “¡Por qué, Julieta, por qué!”, repitió una y otra vez ante una sala de audiencias repleta y ante la mirada del tribunal que juzga a Silva. “Destrozaste una familia. Le pido a Dios que le de paz a tu alma”, le dijo a la acusada.
Con la voz entrecortada, la mamá de Genaro pidió a Julieta saber el por qué dejó tirado a su novio a la salida del boliche Mona Bar, por qué no lo subió al auto con ella antes de arrollarlo: “Necesito poder entender, ya hemos tenido demasiado dolor. Tengo el derecho de preguntar por qué, qué pasó. Que tanto de malo hizo Genaro”, se preguntó. Y nuevamente, mirando a la acusada, planteó: “Genaro te quería Julieta, tenía un proyecto con vos. Sabes de lo que te estoy hablando. Genaro estaba contento”.
Silva en un principio evitó mirar a la mamá del rugbier. Bajaba su cabeza y se secaba las lágrimas. Pero ante la insistencia de Graciela, que seguía hablándole a ella, levantó la mirada y respondió con un sollozo, un llanto cada vez más fuerte.
Entonces interrumpió el abogado defensor Alejandro Cazabán, dijo que ya era suficiente y que Julieta debía salir de la sala. Pero la mamá de la víctima no quiso dejar de hablar y dirigió su lamento a la actitud de la defensa: “A mi hijo no me lo devuelve nadie. Todo esto he tenido que soportar y hasta una manipulación morbosa respecto de mi hijo ¡Porque ahora, por poco, Genaro se quiso suicidar porque estaba en medio de una crisis!”, dijo Linares. Y reiteró mirando a Julieta: “Destrozaste a una familia y la tuya también, porque no tiene la culpa”.
Los jueces Julio Bittar, Rodolfo Luque y María Eugenia Laigle explicaron que la última palabra del juicio la tenía la acusada, pero Silva declinó expresarse. El paso siguiente, luego de un cuarto intermedio de cuatro horas, será la lectura de la sentencia, en la tarde de este martes, a las 14.30.
Al abandonar la sala de debate, el hermano mayor de Genaro, Fausto Fortunato, jugador de rugby que integró el equipo Seven de Los Pumas, abrazó a su madre cariñosamente y trató de consolarla. Graciela volvió a hablar con los periodistas, en compañía de su abogado Tíndaro Fernández, a la salida de tribunales: “Frente a un accidente una persona que realmente no tuvo intención de atropellarlo, te pide disculpas desde el corazón”, dijo en alusión al silencio de Silva durante el tiempo transcurrido desde la muerte de Genaro, ocurrida el 9 de septiembre de 2017.
La mamá del joven se preguntó: “No sé cuál es la condena justa. Ella ya la tiene. Por eso pedí paz para su alma. A nosotros nos destrozó la vida porque la vida sin Genaro es muy difícil”. En cuanto al atenuante por emoción violenta que sumó el fiscal Fernando Guzzo sobre el final de su alegato y pedido de condena, la mamá de Genaro dijo que “prefería no opinar”. Aún así, opinó: “La emoción violenta, si la hubo, igual nada justifica. ¿Si (Julieta) estaba tan preocupada por Genaro y dijo que no quería que peleara en el boliche, algo que luego se desmintió en el juicio, por qué no se lo llevó con ella?”. Y cerró: “No actúo desde la bronca, el rencor y la venganza. Quiero entender lo que pasó. No creo en sus lágrimas, creo en las mías, en las de mis hijos, en mi familia y la gente que de corazón ha sentido su muerte”.
Fuente: Clarín