El punto sensible radica en la imposición de la donación y la distingue de lo que debería ser un acto solidario.
Lucas Mc Cormack, jefe de trasplante hepático del Hospital Alemán y miembro de la Sociedad Argentina de Trasplante, explicó las razones por las que la entidad está en contra de la sanción de la Ley Justina que convierte en donantes a todas las personas mayores de 18 años, salvo que quede expresado lo contrario.
"La Ley Justina moderniza mucho el sistema y tiene puntos extraordinarios, pero hay un punto de conflicto que hay que debatir. Se trata de la implementación del donante presunto duro, que es la obligación a donar. No estoy de acuerdo en la base de la ley y la Sociedad Argentina de Trasplante no lo está", señaló Mc Cormack.
Para el especialista, el punto sensible radica en la imposición de la donación y la distingue de lo que debería ser un acto solidario. "El donante presunto siempre es con consentimiento de la familia. No se aplica en ningún lado, sin ese consentimiento", manifestó.
Mc Cormack reconoció que la idea que impulsó la ley es positiva: "Todos queremos que haya más órganos y que nadie se muera en lista de espera, pero hay que pensar en las familias que no quieren donar y no tienen acceso a los canales para hacer el trámite" y agregó que la figura de donante presunto existe desde 2005. "Acá lo que se cambió es que no se incluye a la familia en la decisión final", subrayó.
Además, Mc Cormack recalcó que el gran problema de la donación es que al Incucai no le llega la información de que hay un potencial donante en las instituciones.