La bailarina explicó que se le encapsularon las prótesis mamarias. Entró al quirófano para cambiarse las siliconas. Y una intervención que debía durar media hora, se extendió por cuatro horas.
Celeste Muriega se había realizado una cirugía de aumento mamario hace unos años. Tiempo después, comenzó a sentir fuertes dolores. El diagnóstico fue claro: se le habían encapsulado las prótesis. Su médica le explicó que era necesario reemplazarlas, pero por cuestiones laborales la modelo fue postergando la operación.
Finalmente, hace 20 días volvió al quirófano. Pero la intervención fue compleja. "Fue bastante duro, yo no pensé que iba a ser así, y creo que la doctora Mónica Milito tampoco. En un primer momento la operación iba a ser estética, un cambio de prótesis porque estaban encapsuladas. Durante la cirugía, la doctora se dio cuenta de que tenía el pectoral derecho partido en tres partes. En vez de 30 minutos, la intervención duró cuatro horas".
Muriega comenzó a sentir dolores cuando estaba participando del Bailando 2015. Durante un año se sometió a diversos tratamientos para evitar que continúe el encapsulamiento. "No quería llegar a la cirugía. Es algo que detesto. La primera vez que pasé por el quirófano fue para hacerme las lolas. La segunda vez, para corregirme lo que me había pasado. Trataba de evitar eso, que para mí era un fastidio terrible. Cuando uno es más grande se concientiza más del cuerpo. Si hubiese sabido que iba a tener tantos problemas, no me hubiese operado nunca las lolas, desde un principio".
Durante mucho tiempo la modelo padeció molestias en los pechos, y también en otras partes del cuerpo. "Una de las prótesis se me había pegado al músculo. Al seguir bailando y desarrollando mis actividades, me iba desgarrando cada vez más. Cuando estuve haciendo temporada, participé del Bailando o fue el espectáculo con Lizy Tagliani, hacía muchas cosas que demandaban esfuerzo. Sentía muchos dolores, pero pensaba que era solo por el encapsulamiento. No me daba cuenta de que me estaba desgarrando. También tenía problemas en el hombro, y estaba afectada la movilidad en el brazo derecho".
"Durante esta intervención mi doctora me hizo un recambio de implantes y me las puso detrás del músculo para evitar otro encapsulamiento. Tuve que dejar la temporada del espectáculo Bien Argentino, que ahora están de gira. Si todo sale bien, el mes que viene me estaría reincorporando. También tuve que dejar bastantes actividades. Pero bueno, la salud está primero, y me supieron entender -destaca Celeste-. Soy adicta al trabajo y no me gusta incumplir. Estoy recuperándome de a poco, me sacaron algunos puntos. Calculo que la semana que viene me termino de sacar todos. La recuperación fue bastante lenta, en el sentido de que fue una operación compleja".
Más allá del mal momento, Muriega quiere contar su experiencia para que otras mujeres no sufran lo que le pasó a ella: "Lo bueno de esto es que puedo concientizar a las mujeres que se operan y que quizás sienten en un principio el encapsulamiento. Uno a veces intenta prevenirlo con tratamientos o con pastillas, pero no hay forma de evitarlo: hay que operarse, no hay que dejar que pase el tiempo".
"Al no saberlo, dejé pasar un tiempo que no era el adecuado -lamenta-. El encapsulamiento lo sentís cuando la prótesis se empieza a endurecer, sentís que es un cuerpo extraño y te cuesta dormir boca abajo, sentís una molestia, dolores, y notás que la mama está cada vez más dura. Cuando tenés estos síntomas, sí o sí tenés que ir al médico y no dejar pasar más tiempo".
En este momento, sus papás, su hermana Lorena y sus amigos la están acompañando. Y aunque está separada desde hace varios meses de Alejo Clérici, el empresario se preocupó por su estado de salud. "Me llamó para preguntarme cómo estaba. Pero trato de no hablar con él para no mezclar, porque se presta a la confusión y no está bueno. La separación fue definitiva en Carlos Paz este verano. Por eso tratamos de no tener relación", advierte Muriega.
Hoy, la morocha focaliza sus energías en recuperarse y en su nuevo emprendimiento, relacionado al diseño. "El otro día presenté mi marca de lencería, Malcriada. Asistí al evento que duró tres horas y tuve mucho movimiento. Al día siguiente, hice reposo y me quedé en la cama. Si tengo un día de actividad fuerte, tratar de tener tres o cuatro días de tranquilidad por la operación. Me cuesta poner límites, porque soy muy activa y tengo que trabajar".