Desde chico siguió los pasos de su padre en el cultivo de alcaparras y hoy es el principal exportador a nivel mundial. Hoy su laboratorio da vida a especies de plantas pensadas para mejorar el medio ambiente y la calidad de vida de las personas.
Hace más de un año nació Talento en 2 Minutos como una propuesta pensada para difundir a aquellas personas de nuestra provincia que se destacan por su labor diario y espíritu emprendedor. Hoy anunciamos con gusto el primer capítulo de la nueva temporada, en donde nos proponemos a continuar ese camino de conocimiento de personajes de todo los ámbitos en Santiago del Estero.
En esta primera edición les presentamos a Pablo Rico; un hombre que desde chico siguió los pasos de su padre en el emprendedurismo y está a cargo de la cooperativa de alcaparras más grandes del mundo, que está en nuestra provincia.
El licenciado en Comercio Internacional nos mostró el lugar donde todo comenzó hace muchos años atrás: un campo heredado en la ciudad de La Banda que no prometía ser útil por su tipo de tierra; y que sin embargo fue el inicio de lo que hoy le permite trabajar de lo que ama y a la vez disfruta mucho, acompañado de su familia.
Lo que hoy es el vivero de plantines de alcaparras mas grandes del mundo está a la vera de la Ruta 34, en Santiago del Estero y nació como una propuesta familiar en los 90. A pesar de las pocas esperanzas que el lugar les daba, el padre de Pablo encontró la alternativa para hacerlo crecer: las alcaparras. Se trata de un cultivo noble que se adapta a tierras salinas y al clima de nuestra provincia. Son botones florales que una vez cosechadas, se usas en presentaciones de platos finos.
Con el tiempo la cooperativa se especializó en alcaparras y fue virando, pensando en ir más allá con la tecnología y hoy se enfoca en la biotecnología para reproducir plantas de alta calidad y sin enfermedades. Hoy el laboratorio reproduce no sólo alcaparras sino también vides, nogales, berryes, y también una línea de flores ornamentales.
De una hojita se pueden hacer diez plantas; y de esas, otras diez...
La mágia de un laboratorio como lugar de reproducción está en lo que se produce en él; y dentro de la producción, Pablo y su equipo pensaron también en cómo contribuir al medio ambiente y a la gente que habita el planeta. De esta manera introdujeron forestales, pero no cualquier planta, sino aquellas que dan un beneficio a la sociedad.
Una de ellas es la Kiri, una planta originaria de Japón, que es rica en proteínas, sus hojas mejoran el suelo, crecen rápido y es la que más dióxido de carbono absorbe; por ende, el impacto ambiental que logra es importante; y encima de eso, es muy linda.
Por otro lado también se produce Neem, que es un biorepelente natural, originaria de La India, donde los lugareños la utilizan para alejar insectos de sus viviendas, y también para producir repelente contra éstos.
La cooperativa de familia
Son 32 familias en total las que conforman la cooperativa de alcaparras que lidera Pablo; familias que están desde que sólo era su padre con un sueño y un campo vacío; y lo acompañaron y continúan haciéndolo hasta el día de hoy, llevando adelante cada desafío que se propone.
“Es un trabajo muy lindo, compartir e ir creciendo entre todos”, reconoce el emprendedor que una vez recibido tuvo la posibilidad de irse del país a ejercer su profesión, pero apostó por su ciudad; porque “Santiago del Estero es una tierra de oportunidades, sólo hay que saber encontrarlas, luego resta mucho por hacer”.
Por: Lourdes Suarez Torres
Edición de video: Matías Leshman