La tarde del pasado miércoles la policía allanó dos joyerías céntricas, donde se habrían vendido las alhajas robadas por la empleada doméstica.
El doble operativo fue solicitado por la fiscal Carla León y ejecutado por personal de Delitos Comunes, más expertos informáticos de Delitos Económicos.
Primero, los policías allanaron la joyería en la que la empleada doméstica dijo haber vendido las joyas de su patrona.
Allí, los investigadores extrajeron copias de las cámaras de seguridad, de los últimos 10 días. También, incautaron registros de libros sobre compras y ventas de joyas. Luego, hicieron base en otra joyería y también secuestraron registros similares.
Pese a la "veda" verbal impuesta por León, trascendió que el martes declararon varios testigos, cercanos a la damnificada.
Éstos dejaron entrever una nueva teoría: que las alhajas hayan sido "negociadas" en otra joyería. Ésta fue la segunda en ser allanada ayer, se supo.
Esta causa se originó el sábado, con la denuncia de una vecina del Bº Cabildo.
La mujer acusó a su empleada de sustraerle joyas valuadas en $ 1.000.000 y venderlas en una joyería, por apenas $ 40.000.
La acusada fue hallada muerta, degollada, y hay dos fiscales tras dos investigaciones complejas.
Ángel Belluomini, por la tragedia y Carla León, tras las joyas hurtadas.
El destino de las mismas representa una encrucijada, ya que la joyería "marcada" por la damnificada niega tal operación.
Como León sólo se rige por pistas y testimonios, le resulta aún apresurado ensayar cualquier imputación por "robo, encubrimiento o partícipe", trascendió. Hoy dispondrían nuevas testimoniales.