El joven lleva una vida casi normal, un año después de la explosión que le destrozó la mano.
Marius Constantin Carp, el joven al que, en febrero de 2017, se le trasplantaron tres dedos de los pies a la mano derecha tras estallarle un petardo, está muy feliz por llevar una vida "prácticamente normal".
Además, la pérdida de los dedos del pie no le impide realizar las actividades diarias. A corto plazo, el médico espera que los dedos implantados funcionen al 95%.