"No tuve una buena experiencia, sufrí mucho", confesó la modelo y pidió que no "crucificaran" a su expareja Martín Redrado.
En medio de las críticas la subrogación de vientre y, después, por exponer a su hija Matilda en una seguidilla de sesiones de fotos, Luciana Salazar salió a defenderse en la mesa de Mirtha Legrand. La modelo se autodefinió "a prueba de balas" y confesó cuál de todas las cosas que le dijeron le dolió más.
"La peor mentira que comentaron fue que yo no quise llevar a mi hija en mi vientre por una cuestión física", remarcó Luli indignada. En reiteradas ocasiones, la modelo había explicado que su médico personal le había aconsejado recurrir a ese tratamiento por un tema de salud.
"Me dolió porque yo sé todo lo que sufrí y lo difícil que fue para mí todo esto", aseveró. "Yo no tuve una buena experiencia con la subrogación, me angustié mucho", aclaró.
Otro de los puntos que más resonaron en la mesa fue su relación con Martín Redrado, su expareja. "No lo crucifiquemos con ese tema porque él me llamó cuando me fui. Él la ve a Matilda y le tiene mucho afecto", respondió cuando le preguntaron por qué no habían tenido a su hija juntos.
La modelo se mostró muy tranquila y reveló que no lloró por la lluvia de críticas sobre su maternidad. "La que no me dejó caer fue mi familia", concluyó.