El cardenal australiano George Pell, jefe de la finanzas del Vaticano, será juzgado por múltiples cargos por presuntos abusos sexuales, acusaciones que el prelado ha rechazado tras la lectura del fallo en un tribunal de Melbourne.
La juez Belinda Wallington ha estimado que hay suficientes pruebas para enjuiciar a Pell, de 76 años, por los delitos sexuales que se le atribuyen, aunque los detalles, el número y la naturaleza de estos, así como los datos de las víctimas no fueron revelados por razones legales.
"No se puede hacer referencia al número (de cargos) porque infringe la orden de supresión", han indicado fuentes del tribunal que también confirmaron que el prelado de 76 años se declaró "no culpable" de las acusaciones.
Al termino de este proceso sumario, que comenzó el 5 de marzo, también se desestimaron o retiraron varias acusaciones, entre ellas las más graves, según el fallo citado por los medios locales.
La lectura del fallo, que duró 70 minutos, concluye una fase de instrucción iniciada hace dos meses y en la que la magistrada descartó la mayoría de las acusaciones más graves presentadas contra Pell.
"La presunta ofensa más seria no habría ocurrido en el período de tiempo supuesto", dijo la juez que recalcó que la prueba presentada "no es suficiente para que sea analizada por un jurado", dijo Wallington en su declaración citada por la agencia local AAP.
Máxima autoridad de la Iglesia juzgada
Pell, a quien la policía de Victoria acusó formalmente en junio de 2017, es la máxima autoridad de la Iglesia católica que afronta un juicio por presuntos abusos sexuales en la historia de esta institución.
Los cargos que afrontará Pell se refieren a presuntas ofensas sexuales ocurridas en una piscina en la década de 1970 cuando era sacerdote en Ballarat, su ciudad natal, y en la Catedral St. Patrick's en la década de 1990, cuando era arzobispo de Melbourne.
Entre los cargos desestimados había acusaciones de delitos sexuales en un cine y una capilla en Ballarat hace más de 40 años.
La juez también ordenó al procesado permanecer en el país ante el procedimiento que se celebrará en un tribunal del estado de Victoria, cuya capital es Melbourne, de acuerdo a las fuentes judiciales citadas.
Se prevé que el miércoles se celebre una sesión en la que podría fijarse la fecha del inicio del juicio.
La decisión es resultado de un proceso que comenzó el 5 de marzo contra Pell, a quien el papa Francisco le autorizó un "periodo de excedencia" del cargo de prefecto de la Secretaría de Economía del Vaticano. El Vaticano ha anunciado que continuará en excedencia durante este periodo.
"Nadie está por encima de la ley"
Durante los primeros 10 días de las vistas sumarias, decenas de testigos declararon a puerta cerrada, lejos del público y de los medios, de acuerdo con la normativa estatal en supuestos casos de delitos sexuales que mantiene las pruebas bajo secreto de sumario.
El anuncio tiene un impacto "positivo" en las víctimas, quienes podrán apreciar que "nadie está por encima de la ley", remarcó la gerente nacional de Abusos de la fima legal Shine Lawyers, Lisa Flynn, en un comunicado.
Flynn ha indicado que las lecciones de este juicio son que si se hacen denuncias de abuso sexual de menores la Policía debe tratar a los acusados como tales sin reparar en el lugar donde vive, su trabajo o su religión.
El proceso comenzó después de que el cardenal declarara en tres ocasiones como testigo ante la Comisión Real que investigó la respuesta de las instituciones públicas y religiosas de Australia a los abusos sexuales de menores cometidos en su seno.
Según la Comisión, la Iglesia católica recibió quejas de 4.500 personas por presuntos abusos a menores cometidos por unos 1.880 miembros de la institución, sobre todo sacerdotes, entre 1980 y 2015, aunque algunos casos se remontan a la década de 1920. Sin embargo, la Comisión no investigó los presuntos casos de pederastia de Pell.