Si bien fue un amor de verano, la relación con Brian Lanzelotta la dejó marcada. Lo conoce poco, pero cree en su inocencia. Dice que hay muchos que salen a hablar sin saber cómo son las cosas para tener un minuto de cámara.
Desde chica su pasión era la danza. Terminó el colegio, se anotó en la facultad para estudiar psicología, pero en su cabeza seguía rondando la idea de triunfar dentro de lo que la apasiona. Sin pensarlo dos veces, Ana Izaguirre (26), esta diosa de curvas perfectas, se formó en ritmos latinos. En 2012 comenzó su escalera a la fama, y en 2017 tocó el cielo con las manos, cuando fue tocada por la varita mágica de Marcelo Tinelli. Se convirtió en una de las bailarinas de Showmatch más populares y ahora juega en Primera. Sin embargo, no se quiere quedar con eso y va por más.
–Diste un gran paso en Showmatch, ¿este año vas a estar?
–Por ahora no lo sé. Lo que más quiero es que sí, porque ahí comenzó todo y estoy muy agradecida con la producción y con todo el equipo. Amo trabajar en ese programa y sería un placer. Obviamente, mi gran sueño es llegar a la pista.
–¿Cómo te llevás con tus compañeras, sobre todo con Rocío Robles, con quien tuviste más de un ida y vuelta?
–Hace un tiempo que cambié mi mentalidad. Antes me hacía mucho problema con lo que se decía, con las peleas, las discusiones, pero ahora decidí cambiar. Voy, hago mi trabajo y me voy… si en el camino me hago de alguna amiga, bienvenido, pero si no, sé que es un lugar de trabajo y voy solamente a eso. Con Rocío, nada. Nuestra relación es ni.
–Tuviste una gran temporada teatral en el elenco de Explosivos, ¿tenés ganas de seguir haciendo teatro?
–Yo hago teatro desde hace mucho. Hacer temporada me encanta, amo la profesión. Ya hacía desde chica, cuando todavía estaba en mi pueblo. Me encanta estar cara a cara con el público y todo lo que se genera arriba del escenario. Me encantaría seguir tanto en tele como en el teatro, que son las dos ramas que me encantan. Crecer pisando un escenario es fantástico.
–En el verano se te relacionó con Brian Lanzelotta y con Tyago Griffo, ¿fueron sólo amores de verano?
–Con Tyago fuimos compañeros de trabajo en la obra. Sé que se me relacionó con él, pero ya está, prefiero no tocar el tema. Con Brian sí empezamos algo, era algo lindo hasta que tiró una gran bomba de humo y desapareció, así, de un día para el otro. No sólo no lo vi más sino que tampoco hablamos para que por lo menos me explicara por qué no apareció más.
–Su nombre aparece relacionado con el caso de abuso de menores, ¿cómo lo estás viviendo? ¿Te contó algo?
–Me impresionó mucho. Quedé en shock. El tema es muy delicado y vi gente que salió a hablar que no se puede creer. Si bien lo conozco poco, no creo que tenga algo que ver, pero te repito, no lo sé, es intuición porque cuando pasó yo ya no estaba ni hablaba con él.
–Llegaste a Buenos Aires sola, proveniente de un pueblo de Córdoba, ¿sufriste malas experiencias de acoso o de casting sábana?
–Soy de Huinca Renancó y toda mi familia vive en Italó, son pueblos vecinos. La verdad es que cuando llegué eran muy inocente y me encontré con un mundo desconocido. Maduré muchísimo. Viví un momento muy feo, de desilusión, con un director de cine. Fui a una reunión con él para hacer un casting para una de sus películas y cuando llegué, resulta que el casting era con él, tenía que acostarme con él. Obviamente no acepté y quedé afuera de la película. Pero más que eso no me pasó… yo creo que ese tipo de gente ya huele con quién avanzar o con quién puede estar o con quién no.
–¿Cómo está tu corazón ahora, después de la mala experiencia del verano?
–Está bien y muy tranquilo. Por ahora no quiero dar más detalles.
–¿Desde que sos famosa es más fácil conseguir novio?
–No, al contrario. Me cuesta mucho más. Es como que a los hombres les cuesta acercarse a una persona conocida. ¡Juro que no muerdo!
–¿Cómo te conquista un hombre?
–El humor es primordial. Si me divierte y la paso bien, ya está, caigo rendida. Pero hoy en día los hombres están muy histéricos, más que las mujeres, y hay poco mercado, ja, ja. Sufrí mucho por amor, soy muy enamoradiza aunque parezca lo contrario, por eso ahora analizo bien a los hombres antes de avanzar.
–¿Sufriste mucho por amor?
–Sufrí mucho por amor, sí. Muchos desengaños, desamores, mentiras, traiciones y más mentiras. El tiempo sana y enseña. Todo lo que viví lo tomo como un aprendizaje. Por suerte pude huir de todo eso. Hay mucho loco suelto… ya llegará el indicado.
–¿Físicamente cómo te cuidás?
–Soy un desastre con esas cosas. No paro de comer comida chatarra todo el tiempo. Por suerte tengo buena genética. Prometí que esta semana arrancaba a entrenar… ya veremos, pero de sólo pensarlo sufro mucho.