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País

Para el FMI, bajar la inflación en Argentina "es difícil"

El director para el Hemisferio Occidental del organismo dijo que bajar la inflación a niveles de un dígito lleva tiempo y "es difícil".

21/04/2018

Alejandro Werner, director para el Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional ( FMI ), reiteró sus elogios a los progresos de la Argentina en los últimos años, pero ofreció, a su vez, un baño de realismo: dijo que bajar la inflación a niveles de un dígito lleva tiempo y "es difícil", y que las metas originales del Gobierno eran muy optimistas.

"Claramente los procesos desinflacionarios de niveles de 40 por ciento a llegar a un dígito han tomado tiempo en la región. México, seis años; Colombia quizá un poco más. Tratar de llegar a un dígito en cuatros años era muy optimista. Es difícil", apuntó Werner, en un breve diálogo con periodistas argentinos al final de una conferencia de prensa para evaluar la realidad de América latina.

"Hemos visto que estos procesos de desinflación en México, en Colombia, en Chile, presentaron elementos inerciales importantes, y en ese sentido las metas originales que había planteado el Gobierno eran ambiciosas. Lo importante es que la tendencia y la dirección se mantenga", agregó.

El Fondo ha brindado un fuerte respaldo al giro político que orquestó el gobierno de Mauricio Macri, y se ha preocupado por elogiar el avance de la economía durante los últimos años. Pero fuera de la afinidad por el rumbo económico, y del renovado vínculo entre el Fondo y el Gobiernos, aún perdura un punto de discordia traído del pasado: la brecha entre las proyecciones del organismo y las oficiales respecto de la economía.

El organismo prevé para este año un crecimiento del 2%, y una inflación del 19,3 por ciento, superior a la meta oficial. En Washington, fuentes del ministerio de Hacienda, que dirige Nicolás Dujovne , insistieron en que el país crecerá este año cerca del 3%, pese a la sequía y gracias al repunte en el resto de la economía. Y el propio Dujovne dijo ayer, en una entrevista con la agencia Bloomberg, que la inflación este año quedará cerca de la meta oficial. Otra lectura más optimista a la de los técnicos del organismo.

"Creo que estaremos bastante cerca de la meta. No es un pronóstico, es una meta, y tiene que ser exigente", dijo el ministro.

Werner y otro de los economistas que sigue al país, Nigel Chalk, minimizaron las recientes tensiones alrededor de las tarifas de los servicios públicos, aunque no dejaron de reconocerlas. En el Fondo creen que el presidente Mauricio Macri tiene todavía un buen nivel de aprobación, más aún cuando lo comparan con la realidad que enfrentan otros mandatarios en la región. Por eso, creen que el gradualismo tiene respaldo político suficiente para aguantar el malhumor social por el ajuste y las tensiones políticas de Cambiemos.

"Todavía hay respaldo para la estrategia actual del Gobierno", evaluó Chalk, cuando se le pidió una lectura política del país, que atraviesa una nueva puja por las subas de tarifas a los servicios públicos.

Chalk dijo que la Argentina había hecho "tremendos progresos" para reparar las distorsiones de la economía y restaurar la "integridad y la transparencia" en las políticas públicas. Elogió el gradualismo: dijo que tenía "fortalezas". Pero cuando se le insistió si creía que el ritmo del ajuste tenía suficiente respaldo político, reconoció: "Es algo difícil de soportar".

Chalk optó por llevar la mirada al largo plazo: "La economía está creciendo bien, los niveles de vida están aumentando, hay un camino hacia una inflación de un dígito, hay un camino hacia la sostenibilidad fiscal, y eso es algo fundamental", resumió.

Werner dejó un panorama optimista para América latina. Dijo que la inversión ya dejó de ser un freno y apuntalará la expansión de la región, que se consolidará este año. Así y todo, remarcó que el gran reto es escalar un crecimiento del 3%, "poco satisfactorio", consideró, para cerrar la brecha de bienestar y eliminar la pobreza.