La indignación que causa el caso de Stephon Clark, el joven desarmado al que la policía mató con 20 disparos en California – Estados Unidos.
El hermano de Stephon Clark, Stevante, está agotado.
Lleva 10 días lidiando con constantes recordatorios de la muerte de su hermano: gente que lo para en la calle, llamadas de periodistas, publicaciones de redes sociales.
Apenas tiene tiempo para hacer el duelo.
"Lo acribillaron a balazos como a un perro", denuncia Stevante al hablar sobre la reacción de los agentes de policía que el pasado 18 de marzo mataron a su hermano Stephon en Sacramento, California.
"Lo ejecutaron".
20 disparos
Este martes, Stevante Clark, de 25 años, interrumpió una reunión pública del concejo municipal de Sacramento exclamando el nombre de su hermano.
Stevante se ha convertido en la cara más visible de una familia que aún no se explica cómo el joven Stephon, de 22 años y padre de dos niños, pudo morir a manos de la policía en el patio trasero de la casa de su abuela.
Todo empezó cuando agentes del departamento de policía de Sacramento (Sac PD) respondieron a una llamada en la que una persona alertó que un hombre estaba rompiendo los vidrios de algunos vehículos para robar.
La persona que llamó precisó que el sospechoso estaba escondido en el patio trasero de una casa.
Agentes de la oficina del alguacil del condado de Sacramento divisaron desde un helicóptero a un hombre que parecía saltar de patio en patio y les dieron indicaciones a los policías que estaban en el terreno para que lo pudieran encontrar.
En la grabación de las cámaras de video de los agentes se observa cómo los policías persiguen al sospechoso y le ordenan que se detenga y que muestre las manos.
Según la versión del departamento policial, Clark se dio la vuelta y avanzó hacia los agentes con lo que ellos creyeron que era un arma.
Temiendo por su seguridad, los agentes le dispararon, explicó el departamento.
Clark, que en lugar de un arma sujetaba un teléfono móvil, murió allí mismo.
Le habían disparado 20 veces.
Sin asistencia
Durante cinco minutos ningún agente se acercó a Stephon ni le ofreció asistencia médica.
Cuando finalmente se aproximaron, los policías le colocaron unas esposas al cuerpo inerte. No había ningún arma a la vista.
El suceso ocurrió en la casa de Sequita Thompson, abuela de Stephon, quien en ese momento estaba en su salón.
Asustada por el sonido de los disparos, la mujer agarró a su nieta de 7 años y se escondieron en una habitación.
La familia se dispone a celebrar este jueves el funeral de Stephon al tiempo que continúan las protestas ante un nuevo caso en el que agentes de policía matan a un hombre afroestadounidense desarmado.
Y es que la muerte de Stephon se ha comparado con los casos de Michael Brown, Eric Garner, Alton Sterling, Philando Castile y Freddie Gray, por citar algunos ejemplos, que en años recientes han reabierto el debate de la violencia policial contra los negros en Estados Unidos.
"Hey, silencio"
La frustración empezó a crecer tres días después del suceso, cuando se difundieron los videos de la policía en los que, además del tiroteo, se oye cómo un agente dice "hey, silencio" y a continuación corta el sonido de la grabación.
El jefe del departamento de policía de Sacramento, Daniel Hahn, reconoció que la petición de silenciar el audio es sospechosa y dijo que forma parte de la investigación que está en marcha.
El fiscal general de California, Xavier Becerra, y Daniel Hahn anunciaron un acuerdo por el que el Departamento de Justicia del estado supervisará de forma independiente la investigación del tiroteo y revisará los métodos de formación de la policía de Sacramento y sus políticas sobre el uso de la fuerza.
"Tengo plena confianza en mis detectives, pero dada la naturaleza de esta investigación, las emociones, la ira y el dolor de nuestra ciudad, sentí que esto era lo mejor para nuestra comunidad, incluidos los miembros de nuestro departamento de policía", dijo Hahn.
Por su parte, Becerra prometió que los informes "se basarán en los hechos y la ley, nada más y nada menos".
El trabajo de la fiscalía general no afectará la revisión que también realizará la fiscal de distrito Anne Marie Schubert ni interferirá en la decisión sobre si presentar o no cargos criminales contra los dos agentes.
Resignación y tristeza
Pese a los perturbadores hechos del caso, los dos agentes implicados, que están de baja administrativa, pueden evitar una condena si prueban que se sintieron en peligro.
"Las posibilidades de que los policías vayan a la cárcel son escasas", opina Stevante.
"De todos modos no vamos a recibir justicia porque mi hermano no va a regresar".