El exagente doble Skripal y su hija Yulia, permanecen hospitalizados desde el domingo tras ser expuestos a un gas extremadamente tóxico.
La ministra británica del Interior, Amber Rudd, declaró ante el Parlamento que Gran Bretaña hará todo lo posible por llevar a la justicia a los autores del ataque, "sean quienes sean y estén donde estén". "El uso de un agente nervioso en suelo británico es un acto repugnante y sin escrúpulos; fue un intento de asesinato del modo más cruel", agregó.
En respuesta al clamor de varios legisladores, que volvieron a señalar a Rusia durante su turno de preguntas a Rudd, la ministra hizo un llamado a la calma para permitir que la policía lleve adelante las investigaciones y, mientras tanto, evitar la especulación sobre posibles responsables.
La primera ministra, Theresa May, confirmó de todos modos que el gobierno podría considerar un boicot de funcionarios y dignatarios británicos al Mundial de fútbol en Rusia, si se descubre la participación del Kremlin. Diversos medios británicos informaron que el Príncipe William no asistiría, sin indicar cuándo había tomado la decisión.
El exagente doble Skripal, de 66 años, y su hija Yulia, de 33, permanecen hospitalizados desde el domingo tras ser expuestos a un gas extremadamente tóxico. "Existe la impresión de que no va a salir de esta", aventuró una fuente del gobierno sobre la salud del veterano espía, instalado desde 2010 en la ciudad inglesa de Salisbury.
"Creo que va a ser más positivo para Yulia", agregó la fuente, citada por el diario londinense The Times. La tercera víctima, un oficial de policía identificado como Nick Bailey, de 38 años, recobró la conciencia y se encuentra estable. Bailey fue el primero en acercarse a los dos ciudadanos rusos cuando se los vio desmayados afuera de un shopping.
La policía investiga si Yulia, que viajó desde Moscú la semana pasada con "regalos de amigos", trajo sin saberlo el agente nervioso. También indagarán las muertes de la mujer de Skripal, fallecida de cáncer en 2012, y la de su hijo Alexander, que murió el año pasado durante un viaje a San Petersburgo por aparentes problemas hepáticos.
Los investigadores manejan además la hipótesis de que se les administró el veneno con un spray o mezclado con la comida o la bebida. Antes de ser hallados gravemente heridos, Skripal y su hija habían estado en un pub y en un restaurante italiano, acordonados por la policía desde el domingo.
Un hombre que vio a padre e hija cuando comían en el restaurante italiano dijo que vio a Skripal "muy agitado" y que "parecía perder la cabeza". "Empezó a hablar a los gritos, quería la cuenta e irse", recordó el testigo. Si bien la policía no reveló el tipo de gas utilizado, se estima que se trata de sarín o VX, ambos igualmente letales.
Según fuentes de los servicios de seguridad, solo unos pocos laboratorios del mundo son capaces de producir esas sustancias, entre ellos el de Yasenovo, cerca de Moscú, que pertenece a los servicios secretos rusos.