El titular de la Corte Suprema abrió el año en la Justicia y reclamó "no seguir con la discusión permanente".
Con la necesidad de debatir y promover reformas, el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, abre el año judicial con un pedido claro y conciso: realizar una autocrítica sobre el funcionamiento del poder judicial. "Necesitamos concretar las propuestas y no seguir con la discusión permanente", afirmó.
Urgente, consensuado y profundo. Esos son los pilares sobre los que avanzará el titular de la Corte para impulsar la reforma de la Justicia.
Lorenzetti comenzó su discurso inaugural del año judicial haciendo un punteo sobre los ejes en los que se deben asentar las transformaciones. "Cuando un cliente va a un banco está en el siglo XXI, pero cuando va a un juzgado viaja al siglo XIX", trazó un irónica comparación sobre el atraso digital del poder.
Además pidió despojarse de los intereses corporativos para empezar a brindar un servicio público pensando en las demandas sociales. "El desenvolvimiento en Tribunales se aleja del drama humano", manifestó. "¿Debemos reflexionar sobre el horario judicial?", se preguntó. Tras merodear varias veces el tema de los horarios, punto que había sido cuestionado hasta por el presidente Macri, Lorenzetti avanzó sin eufemismos: "Si cambian las costumbres y deben cambiar los horarios hagámoslo".
El presidente de la Corte Suprema puso foco en la problemática de la inseguridad y puntualizó: "Hace más de 30 años que se discute sobre mano dura y mano blanda". En ese marco, el cortesano se resignó: "En el año 2000 tuvo lugar la reforma para combatir la delincuencia, las manifestaciones por el caso Axel Blumberg y siguen las manifestaciones de nuestro pueblo en busca de mayor seguridad, pero nosotros seguimos con las discusiones y no con las soluciones".