Introducido a la Argentina desde la India hace más de un siglo, el axis impacta sobre la vegetación, erosiona el suelo y causa otros estragos.
Desde la perspectiva de un ecosistema, todo tiene que ver con todo. En lo que parece ser el “efecto colateral” de un programa exitoso para preservar a las palmeras yatay de jabalíes en el Parque Nacional El Palmar, Entre Ríos, los científicos ahora alertan sobre el crecimiento demográfico en el lugar de otra especie exótica: el ciervo axis, que se habría visto beneficiado por el declive poblacional del depredador de sus crías.
“Es una historia por demás paradojal”, señaló a la Agencia CyTA-Leloir el doctor Ricardo Gürtler, investigador del Instituto de Ecología, Genética y Evolución de Buenos Aires (IEGEBA), que depende de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA y del CONICET. “El plan de control de mamíferos exóticos invasores del Parque logró controlar al jabalí, pero esto facilitó la expansión imparable del ciervo axis”.
Al igual que el jabalí, el ciervo axis o axis fue introducido en la Argentina en la primera década del siglo pasado con el objeto de servir para la caza deportiva. Fue el comienzo del desastre. En la actualidad, el axis se disemina en al menos 13 provincias y varias áreas protegidas del país, donde erosiona con su cornamenta la corteza de árboles (favoreciendo la proliferación de patógenos), erosiona el suelo y compite por las pasturas con los cérvidos nativos y el ganado.
En el Parque Nacional El Palmar, ubicado a unos 370 km de la Ciudad de Buenos Aires, la caza desde apostaderos fijos permitió controlar en menos de una década la amenaza de los jabalíes sobre la palmera autóctona. Pero ahora preocupa la explosión demográfica de los ciervos.
“Esta investigación ilustra algo que la ecología hace tiempo viene describiendo y alertando: los efectos o acciones sobre una especie pueden desencadenar efectos imprevistos sobre otras especies que participan de la trama trófica”, dijo Gürtler, quien dirige el Laboratorio de Eco-Epidemiología del IEGEBA. El biólogo agregó que, en la actualidad, él y sus colegas están evaluando el nivel de daño que generan los axis sobre la vegetación local. “Las estimaciones preliminares indican que hay múltiples especies nativas afectadas”, advirtió.
Del trabajo, publicado en “Biological Invasions”, también participaron Aristóbulo Maranta, biólogo del Parque Nacional El Palmar, Entre Ríos, y Lucía Rodríguez Planes, Guillermo Gil, Martín Izquierdo, Marcelo Cavicchia, también de la Administración de Parques Nacionales.
Fuente: Agencia CyTA-Fundación Leloir