Por orden del primer ministro Netanyahu, frenaron las medidas fiscales que obligaban a las Iglesias a pagar impuestos por una parte de sus bienes inmobiliarios.
El Santo Sepulcro, lugar más sagrado del cristianismo, reabrió sus puertas este miércoles en Jerusalén, después de tres días de cierre para protestar contra medidas israelíes.
A las 04:00 (02:00 GMT), dos guardianes abrieron las grandes puertas de madera y un grupo de peregrinos entró a visitar el edificio. Horas antes, las Iglesias griega ortodoxa, armenia y católica, que custodian el lugar santo, habían anunciado su próxima reapertura en un comunicado conjunto.
"Agradecemos a Dios por el comunicado difundido antes por el Primer ministro israelí y agradecemos a quienes trabajaron sin descanso para conservar la presencia cristiana en Jerusalén", agregaron.
Israel suspendió el martes las medidas fiscales que condujeron al cierre de la iglesia que resguarda el lugar donde fue sepultado Jesucristo, según la tradición cristiana.
La municipalidad israelí de Jerusalén quería hacer pagar impuestos a las Iglesias por una parte de sus bienes inmobiliarios, en concreto los que generan ingresos. La medida no incluía por tanto los lugares de culto como el Santo Sepulcro. La alcaldía estima en unos 150 millones de euros el dinero que deben las Iglesias por esos ingresos.
Las Iglesias también protestaban contra una propuesta de ley que permitiría al Estado israelí expropiar tierras vendidas por la Iglesia ortodoxa a inversores privados, un texto que, según ellas, atentaba contra sus derechos de venta y de propiedad.
Las medidas fiscales y el proyecto de ley quedaron en suspenso, anunció la oficina del primer ministro Benjamin Netanyahu. Netanyahu y el alcalde de Jerusalén, Nir Barkat, han acordado crear un grupo de trabajo "que negociará con las Iglesias una solución" sobre el tema fiscal, según esa misma fuente.
Los jefes de las Iglesias griega ortodoxa, armenia y católica habían adoptado el domingo la excepcional decisión de cerrar las puertas del templo.
Luego del cierre, miles de visitantes del mundo entero encontraron las puertas cerradas en este lugar espiritual y turístico de gran importancia, pero improvisaron oraciones en el atrio y expresaron su decepción.
La medida solo tiene excepcionales precedentes en el último cuarto de siglo y expresa la magnitud de la molestia de las Iglesias.
A petición de las Iglesias, Netanyahu encargó a uno de sus ministros abordar el asunto de la venta de terrenos, añadieron. Durante este tiempo, "toda actividad legislativa sobre este tema fue suspendida", indicaron.
El proyecto de ley tiende, según sus promotores, a dar seguridad a los habitantes de Jerusalén que temen que los inversores a quienes la Iglesia haya vendido tierras los expulsen para buscar más rentabilidad.
Más allá de los impuestos y del texto parlamentario, las Iglesias se alarman por las acciones que buscan a su parecer disminuir la presencia cristiana en Jerusalén.
En una ciudad como Jerusalén, que los israelíes consideran como su capital indivisible y los palestinos reivindican como capital del Estado al que aspiran, la sospecha de hegemonía en detrimento de las minorías nunca está lejos. Los cerca de 50.000 cristianos de Cisjordania y de Jerusalén comparten ampliamente con los musulmanes palestinos una visión nacional de Jerusalén.
El Santo Sepulcro se encuentra en la ciudad vieja de Jerusalén-Este, anexado por Israel. La anexión es considerada como ilegal por la comunidad internacional.
Fuente: AFP