La actriz y bailarina opina con honestidad sobre la polémica que se generó sobre el feminismo a raíz de comentarios y denuncias que vinculan a famosos.
En días en que el feminismo es tema de discusión y la polémica no cesa, Laurita Fernández (27) define su posición al respecto: "Defiendo a la mujer pero no odio al hombre".
La artista de Chekka, que se prepara para debutar en el teatro con el musical de Rapunzel junto a Mariano Martínez al mismo tiempo que conduce Combate (Canal 9) y hace radio (Dale que Vale, radio Vale), deja clara su posición con respecto al tema del rol de la mujer.
-Hace poco hubo una polémica cuando Facundo Arana dijo que una mujer se realiza siendo madre. ¿Cuál es tu posición?
–No la tomé como una frase para mal. El ser madre te toca una fibra diferente. Pero todas las mujeres no tienen porque vivirlo de la misma manera. Y muchas cambian de opinión al serlo.
–¿Te definís como feminista?
–Defiendo a la mujer, pero no odio al hombre. Por ejemplo, no creo en castigar a los hombres que son parte de otra generación, sino educar a los hombres en general de acá en adelante. Hay que enseñar a las mujeres a defenderse y no naturalizar ciertas cosas. Y a los hombres a ser respetuosos con nosotras. Pero sobre todo lo primero, porque hombres desubicados van a existir siempre.
-Lo decís por los dichos de Cacho Castaña y las opiniones de Santiago Bal…
-No comparto en nada lo que dijo Cacho. Antes se naturalizaba hasta el tipo de humor que se usaba. Pero no creo que haya que castigar a todos los cómicos de esa edad. Más me duele ver cómo hay mujeres que levantan la bandera del feminismo para criticar a sus pares. Eso es triste. Debemos respetarnos como personas, más allá del género.
–¿Cuando Fede tuvo el problema con Barbie, le creíste de inmediato o en algún momento dudaste?
–Muchas de las cosas que salieron a la luz ya las sabíamos, nos la contó en el momento en que las vivió. Trabajábamos juntos más de seis horas diarias. Lo veía llegar bien, triste, contento, mal, angustiado, hecho bolsa… Por eso junto con Mati (Napp, el coach) le creímos ciegamente. Siempre supe cómo es: respetuoso y educado. Es muy difícil que alguien te monte un personaje todos los días.