Si tu comida preferida no es necesariamente la más sana, tené en cuenta estos tips.
Agrega vegetales: Los médicos lo repiten hasta el cansancio, pero no todos siguen esta recomendación: hay que comer más verduras. Si añadís vegetales a tu plato preferido, lo convertís en una versión más sana de forma automática. ¿Donde agregarlos? Con carnes, con pastas y en cualquier tipo de salteado.
Usa quesos fuertes: Este es uno de los secretos más interesantes para comer más saludable. Los lácteos, y los quesos principalmente, suelen ser altos en calorías, por lo que una buena forma de reducir su consumo es optar por aquellos de sabor más fuerte, de modo tal que utilices menores cantidades logrando el mismo efecto.
Opta por harinas integrales: De todo tipo. Para pizzas, para pastas, en panadería o incluso para tortas. Las harinas integrales son una excelente opción ya que generan una mayor saciedad sin perder el sabor.
Elegí aceites saludables: El aceite, y las grasas en general, son fundamentales en la cocina. Sin embargo, no siempre son muy saludables. Lo mejor es optar por aquellos que cuentan con mayores propiedades nutricionales, como el de coco, el de oliva, el de canola o el de palta.
Cambiá el centro de los platos: Lo más común es elegir los platos pensando como centro a las carnes, sean de vaca, pollo o pescado. Sin embargo, una buena forma de volver saludable a cualquier comida es tomar como centro a las verduras, así consumimos más vegetales.
En vez de usar sal, usa especias: Es sabido que reducir el consumo de sal es fundamental para la salud, pero no todos pueden hacerlo. Si sentís desabridas tus comidas, lo mejor es optar por especias fuertes, que brindan sabor de forma saludable.