Lo hizo un adolescente de 17 años y quería marcar un récord. Luego se transformó en un estudio científico.
¿Cuánto tiempo puede pasar una persona sin dormir?
En la década de los años 60 era una pregunta que comenzaban a formularse los científicos. Y era a la vez un desafío para muchos intrépidos que intentaban marcar un récord Guinness.
En enero de 1964, Randy Gardner y Bruce McAllister se embarcaron en esa aventura. Los jóvenes estudiantes estadounidenses que además de ingresar al libro de los records querían realizar un experimento científico para la escuela a la que asistían.
Tiraron la moneda y Randy, entonces con 17 años, fue el elegido.
La meta era superar la marca que hasta entonces la ostentaba un DJ de Honolulu, que había pasado 260 horas sin dormir, justo por debajo de los 11 días.
Randy lo logró. Estuvo despierto durante 11 días y 25 minutos.
De primera mano
La periodista de la BBC Lucy Burns dialogó con dos testigos directos de aquel experimento.
Uno de ellos es Bruce McAllister, quien recuerda que eran jóvenes "muy creativos" que quería formar parte de un experimento científico en materia de sueño.
"Inicialmente queríamos conocer el efecto de la falta de sueño en las habilidades paranormales, pero nos dimos cuenta de que no había manera de hacer eso y optamos por los efectos de la falta de sueño en las habilidades cognitivas, en las habilidades para jugar al básquetbol y cualquier cosa que se nos ocurriera", recuerda Bruce.
El joven estuvo despierto tratando de monitorear el comportamiento de su compañero, pero al cabo de la tercera noche se dio cuenta de que solo no podía y le pidió a otro amigo, Joe Marciano, que se uniera al grupo.
El experimento se realizó en la casa de los padres de Bruce, en San Diego.
Supervisión científica
Al grupo se les unió William Dement, hoy profesor emérito de la Universidad de Stanford en California. En 1964 era un científico que comenzaba a investigar en un campo relativamente nuevo: el de la ciencia del sueño.
El profesor Dement había leído en un diario de San Diego, la historia de los jóvenes que querían batir ese récord y experimentar al mismo tiempo.
Dement recuerda que los estudiantes se sintieron aliviados cuando él pasó a formar parte del grupo.
"Estaban preocupados de que fuera algo que les pudiera causar daño. La pregunta aún irresuelta es si alguien puede morir por pasar mucho tiempo privado del sueño", explica.
Se había hecho un experimento con gatos, pero al cumplir 15 días sin dormir, los animales murieron. La diferencia radicaba en que los habían mantenido despiertos con químicos.
Momentos críticos
La noche era el momento crítico porque no tenían muchas cosas para hacer. Durante el día, en cambio, jugaban básquetbol y se mantenían activos.
Los jóvenes experimentaban con sabores, olores, sonidos. "Luego empezamos a notar cambios: sus habilidades cognitivas incluso sensoriales empezaron a verse afectadas, pero su destreza para jugar al básquet mejoró", cuenta Bruce.
Una vez logrado el récord, Randy durmió 14 horas seguidas y se despertó para ir al baño. Con el correr de los días, sus patrones de sueño volvieron a la normalidad. Inicialmente no tuvo ningún problema, pero tiempo después dijo sufrir insomnio.
Bruce explica que el proyecto dejó algunas enseñanzas para las ciencias.
Un hospital de Arizona envió una computadora que detectó que partes del cerebro de Randy habían sido "secuestradas"; en otras palabras, partes de su cerebro descansaban y se reponían mientras otras estaban despiertas.
La historia de los jóvenes acaparó el interés de la prensa. Fue el tercer tema más popular en los medios nacionales estadounidenses después del asesinato del entonces presidente John Kennedy y la visita de The Beatles.